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Columnas de Opinión

La necesidad de la existencia de una legislación de conservación de suelos

VIERNES, 15 DE JUNIO DE 2018
Publicado por

Columna de Opinión



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El suelo es un sistema vivo donde ocurren ciclos biogeoquímicos transcendentales para el medioambiente y para los humanos. Por ejemplo, en ellos se encuentra la mayor diversidad de organismos de nuestro planeta, con aproximadamente 10 billones de microorganismos (principales catalizadores de reacciones químicas en el suelo) distribuidos en miles de hongos y decenas de miles de bacterias por gramo de suelo. Es decir, en un gramo de suelo habitan más especies de organismos que seres humanos en el planeta entero. Además, los suelos acumulan cerca del doble del carbono almacenado en la vegetación y la atmósfera, por ende, tienen una participación importante en el ciclo del carbono y en la regulación del Cambio Climático.

Éstos y otros servicios ecosistémicos (beneficios que podemos obtener de estos sistemas), pueden verse afectados por la ocurrencia de presiones negativas, entre éstas, incendios forestales. Éstos se producen por una combinación de condiciones ambientales e intervenciones humanas, éstas últimas de ocurrencia reiterada en Chile. La prevención y anticipación de éstos y otros mal llamados “desastres naturales” son de especial necesidad para el país y deben ser tema central en nuestra institucionalidad. Es necesario tener en cuenta que el suelo es un recurso natural no renovable a escala humana y que sus beneficios trascienden al sector silvoagropecuario. En este sentido, planes de prevención y la existencia de una legislación clara en lo que respecta a su conservación son trascendentales.

Considerando el grado de degradación de nuestros suelos (no sólo afectados por incendios forestales) y la falta de legislación al respecto, los planes nacionales de recuperación son de especial relevancia. Iniciativas, como el Programa de Recuperación de Suelos Degradados coordinado por la Subsecretaría de Agricultura y ejecutado por el SAG e INDAP son importantes y necesarios; sin embargo, deben trascender el sector agropecuario. Es necesario ampliar este tipo de iniciativas a otros contextos, como bosque nativo y humedales, donde este recurso puede cumplir un rol fundamental, por ejemplo, en la atenuación del Cambio Climático. En la medida que éstas y otras iniciativas se implementen y evalúen en el tiempo en forma conjunta, entre distintos actores estatales y privados –para evitar la duplicación de esfuerzos, recursos y generación de información descentralizada–, podrán tener un impacto significativo en la recuperación de los suelos de nuestro país.

Dra. Claudia Rojas Alvarado

Profesora Asistente

Instituto de Ciencias Agronómicas y Veterinarias

Universidad de O’Higgins


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