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Efecto de sitio: El peligro sísmico de los suelos de nuestras ciudades

VIERNES, 1 DE JUNIO DE 2018
Publicado por

Columna de Opinión



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Los daños generados el terremoto de México magnitud 7.1 de septiembre del año pasado, dan cuenta del gran impacto que tiene la naturaleza geológica de los sismos y de los suelos de fundación sobre las estructuras de ingeniería. El terremoto se ubicó con epicentro en el interior del país, a 120 km de la capital y a una profundidad de 57 km, de acuerdo al Servicio Sismológico Nacional mexicano (SSN).

En el caso de Ciudad de México, al igual que en 1985, hubo una clara diferenciación en la intensidad sísmica y el daño en las estructuras por efecto del tipo de suelo donde se emplaza buena parte de la ciudad.

Este fenómeno es conocido en ingeniería como efecto de sitio, y es característico de suelos más blandos que los suelos o rocas subyacentes, generando un atrapamiento de las ondas sísmicas y como resultado una amplificación del movimiento en la superficie.

El efecto de sitio se puede dar en distinta medida en diferentes suelos, siendo de los tipos más desfavorables los de Ciudad de México, suelos arcillosos y limosos con alto contenido de agua, depositados en las antiguas lagunas existentes en la zona.

En informes del SSN se observa que la distribución geográfica de altas aceleraciones coincide de manera casi perfecta con estos suelos lacustres delimitados en los mapas geológicos, disminuyendo drásticamente el movimiento fuera de estos depósitos. Esta combinación de factores explica, en conjunto con posibles faltas en la aplicación de la normativa antisísmica de construcción o la antigüedad de algunos edificios, el alto número de colapsos.

En el caso de Chile, si bien grandes ciudades del valle central se fundan mayormente sobre suelos más gruesos de origen fluvial, hay sectores propensos a sufrir efectos de sitio, ya sea por presencia de suelos arcillosos, rellenos, como también de algunos suelos volcánicos, lo cual fue reconocido por una mayor concentración de daños en 2010 en sectores de Santiago y Talca. A eso se suma el potencial de fenómenos de licuefacción de suelos arenosos con nivel freático cercano a la superficie, que generan altas deformaciones del suelo afectando las estructuras.

Por ello, es esencial elaborar mapas geológicos de detalle para las zonas urbanas y aquellas definidas como de expansión urbana, así como estudios de microzonificación sísmica que permiten diferenciar los efectos potenciales de grandes terremotos dentro de las ciudades.

Actualmente en la U. de O´Higgins se desarrolla un proyecto de microzonificación sísmica de Rancagua y Machalí, en conjunto con el Centro Sismológico Nacional y U. Diego Portales, que busca dar respuesta a esta problemática en el principal centro urbano de la región.

Dr. Sergio Sepúlveda

Director Escuela de Ingeniería

Universidad de O´Higgins


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