La madrugada del miércoles, un conductor de Uber protagonizó un incidente con un carabinero, luego de que el automovilista se negara a ser fiscalizado en el aeropuerto de Santiago,y amenazara con atropellar al uniformado. Producto de aquello, el funcionario policial decidió dispararle.
Un hecho que generó múltiples reacciones de todos los actores involucrados, generado –primero- una opinión unánime respecto a la situación que originó este incidente: Que el chofer se negase a ser fiscalizado.
La señal es una sola: Ningún chileno está por sobre la ley. Y en este caso en particular, la legislación establece que los conductores tienen la obligación de entregar sus documentos y someterse a un control vehicular cuando Carabineros lo requiera.
Pero además, se envió otra señal aún más potente: Debe existir un respeto irrestricto a la función de Carabineros. Discurso liderado por el presidente Sebastián Piñera quien fue claro al señalar que “llegó la hora de que todos aprendamos a respetar a nuestras autoridades, a respetar a nuestros Carabineros».
Esta situación abrió además, otro debate: la necesidad de legislar en relación a este tipo de plataformas digitales que operan en Chile.
Proyecto de ley que aún está en primer debate legislativo después de un año y ocho meses desde que fuera enviado al Congreso por la presidenta Michelle Bachelet.
Un debate que se hace necesario debido al explosivo aumento de personas que prefieren utilizar este tipo de servicio y a la necesidad de regular su funcionamiento, en relación a los taxis tradicionales.
Pero en la práctica se ha tratado de un debate sin avances sustanciales, generando el mea culpa de los parlamentarios, donde acusas un fuerte lobby de parte de los involucrados; así como cuestionan la decisión del Gobierno de quitarle urgencia a la iniciativa. Además el alto número de indicaciones hacen complejo que se convierta en ley. Por ello, el Ejecutivo anunció que enviará un nuevo proyecto, enfocado en una regulación que permita mayor seguridad y exigencias a los vehículos UBER o Cabify.
Un debate que en el último tiempo mostró una clara falta de voluntad política para avanzar, pero que hoy, cuando parecía olvidado, vuelve a estar en la mesa de la discusión a raíz de este lamentable episodio ocurrido en el Aeropuerto de Santiago, cuando la realidad y las demandas indicaban que se necesitaba con mayor celeridad una regulación en esta materia.
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