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Cartas al Director

Señor director:

MARTES, 29 DE MAYO DE 2018
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Cartas al Director



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A continuación reproduzco un párrafo de la carta del Papa Francisco «filtrada» por El Vaticano a través de T13, que siendo -a mi parecer- el más relevante, ni siquiera ha merecido una mención por parte de los medios de prensa, y menos por parte de la «clase política».

Textual: «En la misma línea y para poder corroborar que el problema no solo pertenece a un grupo de personas, en el caso de muchos abusadores se detectaron ya graves problemas en su etapa de formación en el seminario o noviciado. De hecho constan en las actas de la «Misión especial» graves acusaciones contra algunos Obispos o Superiores que habían confiado dichas instituciones educativas a sacerdotes sospechosos de homosexualidad activa.»

Estando claro que la «homosexualidad activa» no implica que ésta sea de tipo pedófilo y/o pederasta y, que -aún cuando implica una transgresión a las obligaciones clericales de castidad-… no es la causa de la crisis que vive la Iglesia Católica, sólo cabe interpretar el citado párrafo como un reconocimiento de la existencia de una especie de asociación ilícita que, en buena medida, tiene cooptada a la Iglesia Católica. Una asociación ilícita conformada por «homosexuales activos» que practican la pedofilia y/o la pederastia, la cual con el fin de autorreproducirse facilita el ingreso a los seminarios de jóvenes que una vez «consagrados», tienden a las mismas prácticas. Una asociación ilícita que tiene propósitos bien determinados y actúa obedeciendo a una planificación, y que además y -como ha quedado más que demostrado-, cuenta con una jerarquía, amplias redes de encubrimiento y protección y, aquí viene mi punto… con «cómplices pasivos».

Sí, porque no se puede si no entender como tales a los medios de prensa, a la «clase política» y… a las agrupaciones representativas de la «diversidad sexual». Porque resulta inentendible el que medios de prensa, miembros de la clase política y tales agrupaciones -todos siempre tan críticas del actuar de la Iglesia respecto de temas «ético – valóricos-«, aún no se pronuncien condenando las reiteradas prácticas pedófilas y/o pederastas de tipo homosexual en que, independientemente de sus particulares visiones políticas y/o sociales y de su jerarquía, han incurrido miembros del clero.

Roberto A. Olivares Pizarro


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