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Columnas de Opinión

Mujeres, más que porno y pechos

VIERNES, 18 DE MAYO DE 2018
Publicado por

Columna de Opinión



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Como era de esperar la marcha feminista incluyó expresiones que incluyeron torsos desnudos. Año 2018 y hace muchas décadas que los pechos femeninos visualmente son accesibles a distancia de clic o de relajo en los contextos sociales en los que se da.

Hay varones que se expresaron y definieron violentados por la expresión pública del cuerpo femenino; otros lo hicieron desde el pedestal de su autoestima, pretendiendo estar en calidad de experto estético de pechos como si opinase de frutas de entre las que elige en una feria.

Pues bien, la alusión a los pechos (y el trasero) es el gancho permanente de bebidas alcohólicas, automóviles, bencinas y donde veamos necesidad de reforzar autoestima como legítimo varón. Donde comprando algún producto se estará en calidad de macho reproducible, tal es el sentido de la sugestión publicitaria que el varón no imagina.

Pues bien, buena parte de las situaciones de abuso, acoso y violación surge de la desnaturalización de la realidad del cuerpo femenino. El acosador no es una persona que valora la integridad de la persona, en tanto físico o comportamiento. No, va a una respuesta donde reduce su interés a “cosas” (partes físicas) de esa “cosa” (mujer). Es curioso que varones que ven modelos con sus atributos resaltados, puedan sentirse violentados. Curioso, pero explicable: nuestro orden económico depende de no ver al resto como personas.

Las mujeres que muestran pechos en manifestaciones no lo están haciendo para las mujeres que no quieren hacerlo (la idea es que puedan optar); lo hacen desde una situación más elemental: la demolición de un tabú a la mente del que viola, el cuerpo de una mujer no son partes desagregadas, y una mujer no es un cuerpo que espera indemne; y en épocas donde el individualismo egoísta es el motor de la actividad económica las pulsiones del violador son estadísticamente más recurrentes, es sólo una promesa de dopamina para un cerebro cliente de su búsqueda.

No son pechos seleccionados en un casting porno ni estudiada disposición corporal en una modelo. Son mujeres de verdad, que reducen el morbo y el automatismo del acosador regular. A los varones más educados y más sanos nos corresponde comprender que se le quita justamente la característica de despertar una eroticidad enferma, porque las personas cultas saben que no toda desnudez es para la incitación. Finalmente, las mujeres que mostraron pechos tenían razón: hay quienes se creen con autoridad de opinar sobre desnudo y cuerpo ajeno, cosificando.

Francisco Javier Larraín Sánchez

Docente e Investigador


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