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Mitiga los efectos del cambio de hora con estas prácticas recomendaciones

SÁBADO, 12 DE MAYO DE 2018
Publicado por

Equipo de Corresponsales


Hasta dos semanas podría durar la adaptación al horario de invierno.


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Este sábado 12 de mayo se dará inicio oficialmente al horario de invierno, momento en que el despertar ya no será a oscuras como en los últimos días, aunque el regreso a casa estará acompañado por menos luz.

Es así como nuevamente las manecillas del reloj deberán ser retrasadas por una hora este 12 de mayo, para dar inicio al horario de invierno en parte del territorio nacional, exceptuando la Región de Magallanes y la Antártica Chilena.

Sin embargo, más allá de ajustar el reloj, adecuarse al nuevo horario puede ser complejo. Por ello, los académicos de la escuela de Psicología de la Universidad Bernardo O’Higgins, Claudio Acosta y Rodrigo Pereira, se refieren a las ventajas, desventajas y la mejor forma de adaptar el reloj biológico al horario de invierno.

Uno de los mayores problemas durante el cambio de horario, es que las personas presentan episodios de irritabilidad, cambios en el estado de ánimo y una disminución del rendimiento físico e intelectual.

Sobre este tema, Pereira explica que el período de adecuación “dura alrededor de una a dos semanas, y es normal que haya ciertos cambios fisiológicos transitorios en cada persona, y también hay cambios cognitivos”, explica.

¿Qué beneficios tiene el cambio de hora?

Rodrigo Pereira explica que el hecho de que haya luz más temprano favorece sobre todo a los niños y jóvenes que entran muy temprano a los jardines infantiles y colegios.

La luz solar produce activación a nivel del sistema nervioso central con los neurotransmisores, y el beneficio, en este caso, es que se produce un funcionamiento más temprano en todo lo el sistema nervioso central.

Por lo tanto, el hecho de que oscurezca más temprano también tiene efectos en el comportamiento de la gente. “Se puede considerar el efecto de un patrón invernal, asociado a la necesidad de estar en casa y generar cercanía con la familia, la pareja o un espacio para estar con uno mismo”, expresó Claudio Acosta.

Ambos psicólogos coinciden en algunas recomendaciones para enfrentar el cambio:

  • Tener un buen descanso el viernes, y el sábado seguir con la misma rutina, sin generar una sensación de alargar el día para mantener una buena estructura.
  • Mantener la higiene del sueño, o sea, no desestructurar los hábitos. Por eso, se debería dormir las ocho horas normales, porque eso hace que el cuerpo se recupere, los procesos cíclicos se regeneren y se mantengan.
  • No realizar muchas actividades antes de dormir ni ingerir comidas muy calóricas, ya que la mente se activa y cuesta conciliar el sueño.
  • En el caso de los niños y adolescentes: Entregarles información, explicarles con ejemplos de acuerdo a la edad que hay un cambio de horario y por qué se produce.
  • En el caso de los trabajadores: Dormir la misma cantidad de horas que antes del cambio de hora. Por ejemplo, si el domingo me levanto a las 10 am, la idea es regularlo y despertar ojalá a las 9 am. En caso de no regular el sueño, fisiológicamente el organismo se va a empezar a acostumbrar a dormir una hora más y esto va a producir cansancio y fatiga. Cuando el sueño no es reponedor, el rendimiento es peor, los periodos de somnolencia son más largos, por lo tanto el rendimiento laboral es menor y ahí se producen consecuencias negativas en el período de adecuación.

 


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