A través de un informe de la Comisión Nacional de Seguridad del Tránsito (Conaset) se pudo establecer que los fallecidos en accidentes originados por velocidad imprudente y pérdida de control del vehículo subieron un 26% entre 2008 y 2017.
Frente a ese escenario, el Gobierno planea automatizar el control de velocidad y apoyar la disminución del límite de velocidad urbana, de 60 a 50 km/h que se discutirá este miércoles en el Senado.
Para el especialista en transporte y académico de la Universidad de Santiago de Chile, Dr. Juan Pedro Sepúlveda, reducir la velocidad urbana no es suficiente para disminuir los accidentes de tránsito, ya que a su juicio, los accidentes no se producen porque el límite sea alto, sino porque los automovilistas no lo respetan cuando tienen oportunidad de hacerlo.Por ende, se trata de un problema de fiscalización.
“El mayor número de fallecimientos por esta causa, según Conaset, se produce los viernes, sábados y domingos, días en que no hay tanta congestión y los vehículos tienen más libertad para desplazarse”, a lo cual agrega que “la gente sobrepasa ese límite de 60 kilómetros por hora porque sienten que no hay nadie fiscalizándolos”, plantea.
Asimismo, el especialista plantea que “los recursos que provengan de las infracciones debieran ir a un fondo cuya finalidad sea educar a los automovilistas, o para ayudar a quienes han sido víctimas de accidentes, y no necesariamente a las municipalidades”, esto a su juicio “tendría mayor impacto”, advierte Sepúlveda.
Finalmente, el académico de la Usach señala que otras causas del aumento de la mortalidad de los accidentes es el aumento explosivo del parque vehicular en los últimos años y a la escasa educación vial de los conductores.
En ese sentido, plantea que “tiene que haber mayor exigencia al momento de sacar la licencia de conducir y un seguimiento para que el proceso completo entregue garantías de que la persona maneja todos los conceptos de la educación vial”, concluye.
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