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Columnas de Opinión

Hacia una nueva institucionalidad para la infancia en Chile

MIÉRCOLES, 18 DE ABRIL DE 2018
Publicado por

Columna de Opinión



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La semana pasada celebramos la gran noticia de la promulgación de la Subsecretaría de la Niñez. Este paso simboliza el cierre de un gran proceso iniciado en el gobierno de la presidenta Michelle Bachelet, con la creación del Consejo de la Infancia. El propósito de crear una sola institucionalidad por la niñez que articule a todos los organismos públicos por la infancia, sus proyectos, planes y recursos, se cumplió así con esta promulgación. Más aún, el Consejo de la Infancia hoy es reemplazado por esta Subsecretaría, la que tiene por misión y objetivo promover, supervisar y diseñar las políticas para la infancia de nuestro país.

De acuerdo a los compromisos asumidos por Chile con Unicef, a través de su adherencia con la Convención de los Derechos del Niño, la promulgación de esta Subsecretaría asume las deudas que como país tenemos con nuestros niños, niñas y adolescentes (NNA), en términos de protección de sus derechos, al mismo tiempo que, promover su participación como ciudadanos. Es por esto que, tal como lo adelantó el presidente Piñera en su discurso, esperamos que esto signifique cambios positivos para instituciones como el Sename. El objetivo primordial debería centrarse en trabajar un proyecto país que comprenda a la infancia como su mejor inversión y futuro, y desde ahí gestionar las políticas que sean necesarias para su protección integral. Claramente plantear una reformulación a la estructura y propósitos del Sename es un paso; aunque no es suficiente ni tampoco responde a las observaciones que el Comité de las Naciones Unidas ha realizado (ya por años) a nuestro país. Si realmente se quiere hacer un cambio, es necesario plantear una reformulación de este organismo, que se adecúe no sólo a la realidad de nuestro país, sino que a los requerimientos internacionales establecidos para la protección y promoción de los derechos de NNA. La existencia y prevalencia del Sename no asume ese llamado, ni menos permite visualizar un crecimiento país.

Sin duda, la creación de la Subsecretaría de la Niñez es el primer gran paso, y como sociedad estamos esperanzados y expectantes a los cambios que esta nueva institucionalidad traerá. Sabemos que son cambios a largo plazo, ya que además de impactar cómo se piensa y se lleva a cabo la política pública para nuestros NNA, debe educar e impactar a la sociedad civil, en tanto debe considerarse a niños, niñas y adolescentes, como agentes constructores de nuestra sociedad y cultura.

 

Daniela Jadue

Académica Instituto de Ciencias de la Educación

Universidad de O’Higgins


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