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Columnas de Opinión

Educación técnica: una deuda pendiente

JUEVES, 19 DE ABRIL DE 2018
Publicado por

Columna de Opinión



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A principios de semana el Presidente Piñera anunció el ingreso de un proyecto de ley que extiende la gratuidad al 70% entre los estudiantes de los institutos profesionales y centros de formación técnica que no perciban fines de lucro. De esta manera se beneficiará a más de 13.000 estudiantes, muchos de ellos pertenecientes a las familias más vulnerables de Chile.

Este medida viene a reparar –al menos, parcialmente– la discriminación que ha venido sufriendo la educación técnica. No olvidemos que apenas el 20% de los recursos del Estado destinados a educación superior llegan a la formación técnico-profesional. Es más: solo una cuarta parte de los beneficios estudiantiles favorecen a los estudiantes de centros de formación técnica e institutos profesionales, lo cual resulta insólito pensando que el 80% de la matrícula de dichos establecimientos proviene de sectores de la sociedad que no tienen ingresos para sustentarse sus estudios.

Chile debe tomar conciencia de que el gran salto al desarrollo tiene que ver con dejar de ser exportador de materias primas, y empezar a ser progresivamente un país que desarrolla productos elaborados. De eso estamos hablando, cuando pensamos en potenciar la educación técnico profesional. Requerimos valorizar la profesión técnica, de manera que las oportunidades, las remuneraciones y los beneficios se ajusten a los universitarios.

Además, creer en un Chile que crece con regiones fuertes, supone generar políticas que incentiven regiones con identidad, con proyectos de desarrollo propios, con industrias específicas. Pensemos en la región de O’Higgins: ¡qué importante sería potenciar la industria agrícola, frutícola, vitivinícola, pesquera, minera y turística, por mencionar algunas! Eso no sucede como fruto del azar o de la improvisación. Fomentar la educación técnico profesional es indispensable para contar con las personas competentes, que puedan hacerse cargo de los procesos productivos, de innovación y de desarrollo que se requieren. Conectar la realidad de los institutos técnico profesionales y los centros de formación con las potencialidades regionales. Generar convenios de desempeño que exijan calidad, conexión con el medio y planes de desarrollo. Y tener contenidos pedagógicos que abandonen las lógicas anticuadas y pongan a nuestros estudiantes en contacto con las más altas tecnologías, fomentando sus aptitudes, su pensamiento crítico y su capacidad de emprender.

Diego Schalper, Diputado por el distrito 15.


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