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Columnas de Opinión

Vigencia de un 'fantasma'

MARTES, 20 DE FEBRERO DE 2018
Publicado por

Columna de Opinión



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Se cumplen en este mes de febrero 170 años desde que un ‘fantasma’ inició su recorrido por Europa y otras latitudes. Eran ciertas ideas -no una leyenda- que salían al mundo. Los estafadores, los dueños de burdel, los explotadores así llamaban a esas ideas que les quitaba el sueño. El ‘fantasma’ se les aparecía en todas partes.

Hasta que sus egregios autores -Carlos Marx y Federico Engels-  escribieron las páginas de ‘El Manifiesto Comunista’ que vio la luz el año 1848. Entonces el ‘fantasma’ salió al mundo a rostro descubierto.

Extenso sería hacer aquí un análisis o una descripción de tal documento histórico, que sigue editándose y estudiando en muy diversos centros, organismos académicos, culturales y sociales en el mundo. También personas individualmente lo leen y estudian.

El Manifiesto da cuenta de una época, retrata el sello de una sociedad. Es un estudio que nace de la observación que hacen sus autores de la historia humana, de su desarrollo.

Inicia la obra con un título: ‘Burgueses y Proletarios’. Sigue con dos párrafos elocuentes:

«La historia de todas las sociedades que han existido hasta nuestros días es la historia de las luchas de clases. Hombres libres y esclavos, patricios y plebeyos, señores y siervos, maestros y oficiales, en una palabra : opresores y oprimidos se enfrentaron siempre, mantuvieron una lucha constante, velada unas veces y otras franca y abierta; lucha que terminó siempre con la transformación revolucionaria de toda la sociedad o el hundimiento de las clases beligerantes».

El Manifiesto consta de 4 capítulos, títulos o partes, también con diversos prefacios. Los autores postulan el futuro advenimiento de la sociedad comunista, de la sociedad sin clases, sobre la base de la contienda transformadora, de la ruptura con la sociedad del capital. Es un proceso transformador dialéctico, científico de las estructuras de la sociedad de la opresión.

En esta sociedad capitalista de la incultura, de la ignorancia, creadora de analfabetos políticos, de alienados suelen aparecer ‘anticomunistas’ declarados que condenan el comunismo y ciertamente el Manifiesto, sin haber jamás leído una línea del documento, para qué decir si lo han estudiado y ni siquiera se ruborizan.

Así como hay estudiosos lectores de diversas obras, fruto de la inteligencia y del conocimiento humano, El Manifiesto Comunista debiera, debe ser también objeto, materia de estudio, principalmente por una razón de solvencia cultural de cada persona. Es nefasto, fatal negarse a priori a conocer, a saber. Ya lo dijo José Martí (1853 – 1895): «Ser culto es el único modo de ser libre».

En esta sociedad de mercados el anticomunismo es también una mercancía, un negocio.

Leer, estudiar, analizar, interpretar; hacer enfoque crítico de todo lo que existe, de toda idea o doctrina es una forma de crecimiento como seres humanos cultos. Así se evita caer en dogmatismos y en sectarismos que rayan en lo patético. Es evidente también la carencia de pedagogía política en la sociedad. Ser culto es una necesidad.

Carlos Poblete Ávila,
Profesor de Estado


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