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Vacuna Fiebre Amarilla: Los efectos adversos que podría tener en mayores de 60 años y bebés entre 6 y 9 meses

VIERNES, 23 DE FEBRERO DE 2018
Publicado por

Equipo de Corresponsales


Estos grupos etarios podrían tener mayor probabilidad de presentar síntomas no deseados.


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La mejor herramienta preventiva para evitar el contagio de la temida Fiebre Amarilla es la vacuna. Sin embargo, las dosis se han vuelto escasas frente a la gran demanda de la población que quiere viajar a Brasil por estos días.

Por ello, y para optimizar las dosis de la vacuna, se está administrando en forma parcelada, no obstante, su efectividad tendría un año de duración.

Las personas se deben vacunar al menos 10 días antes de ponerse en algún riesgo de infección, ya que es necesario esta cantidad de tiempo para que la primera dosis sea eficaz y pueda proporcionar una buena protección contra el virus.

Si bien la administración de la vacuna asegura la inmunización, podría tener efectos adversos especialmente en la población mayor de 60 años y en bebés entre 6 y 9 meses.

Respecto de aquello, Margarita Cárdenas, médico general de Megasalud, es tajante en su primera recomendación: “Los menores de 6 meses no pueden vacunarse». Ante ello, recomienda que «lo ideal sería que no viajaran”.

Sin embargo, Cárdenas sostiene que solo “debieran vacunarse los niños entre 6 y 9 meses que tienen realmente riesgo de contraer la enfermedad”, ya que según explica la profesional “ahí es donde los padres tienen que sopesar si conviene viajar en esas condiciones, sometiendo a riesgo de enfermarse o el riesgo de tener complicaciones por la vacuna».

Las reacciones adversos que tiene la vacuna son variados. Sin embargo, el mayor riesgo es para lactantes entre 6 a 9 meses; y en adultos mayores de 60 años.

Lo anterior es confirmado por la doctora Cárdenas, quien sostiene que “entre los 6 y 9 meses hay que estar muy conscientes que el menor puede presentar reacciones adversas”.

Entre los efectos adversos más frecuentes está el enrojecimiento en el sitio de la inyección, además de nauseas o vómitos, diarrea, dolores en los músculos, fiebre y debilidad. Sin embargo, no todas las personas lo llegan a experimentar y si lo hacen, estos se presentarían los primeros cuatro días después de administrada la vacuna.

A estos se suman otras reacciones más graves, como urticaria, hinchazón en la cara, lengua u otras partes del cuerpo, además de dificultad para respirar o pérdida de conciencia.

Finalmente, en última instancia, se encuentran las reacciones que podrían afectar al cerebro y sistema nervioso, ellas consisten en fiebre alta con dolor de cabeza o confusión, fatiga extrema, rigidez del cuello, inflamación del cerebro y de tejido nervioso, crisis de movimientos controlados y pérdida de movimiento o sensaciones que afecten algunas partes del cuerpo.

 

 

 


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