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Editorial

Editorial: La necesaria Carretera de la Fruta

MIÉRCOLES, 21 DE FEBRERO DE 2018
Publicado por

Equipo de Corresponsales



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El próximo 27 de febrero vence el nuevo llamado a licitación de las obras de mejoramiento de la Ruta H-66, también conocida como Carretera de la Fruta.

Proyecto que en sus 138 kilómetros abarca las comunas de San Antonio y Santo Domingo, en la región de Valparaíso; además de Las Cabras, Malloa, Peumo y San Vicente, en O’Higgins.

Iniciativa que ha estado en el centro de la polémica en los últimos días, luego que diario El Tipógrafo publicara los cuestionamientos que tiene la Asociación de Ribereños del río Cachapoal al tramo Puente Peumo-Las Cabras, que abarca 25 kilómetros.

Las críticas al proyecto se basan principalmente en el nuevo trazado que tendrá la ruta. Si en un principio iría por tierra firme, ahora lo hará por la ribera del río. Situación que, a juicio de los denunciantes, generaría un importante daño ambiental, afectando las mejores tierras del país para cítricos y paltos. Además, traería consigo un considerable aumento en los costos del proyecto.

Pero eso no es todo. Existe incertidumbre respecto a qué pasará con los más de cien lotes expropiados para el primer proyecto, que luego de ser desechado su trazado, ya no serán utilizados, por lo menos, para la Carretera de la Fruta. Lo anterior deja en evidencia un millonario gasto del Estado para sitios cuyo destino y uso es incierto.

Es una necesidad para la región de O’Higgins contar con una Carretera de la Fruta con altos estándares, que permitan disminuir los riesgos y accidentes en la ruta; y a la vez permita una mejor conectividad entre la región de O’Higgins y el puerto de San Antonio.

Un proyecto que apunta a ser un aporte al desarrollo de la zona, clave una vez que esté operativo el Paso Las Leñas. Así coinciden todos los actores.

Pero no se pueden pasar por alto los temas que puso sobre la mesa la Asociación de Ribereños del río Cachapoal, especialmente los relacionados al cambio de trazado o al incierto futuro que tendrán las expropiaciones que se hicieron para el primer proyecto. Millones de pesos fiscales que aún no tienen destino ni uso claro. Situaciones fuertemente cuestionadas y que merecen una explicación mucho más clara de parte de las autoridades.


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