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Columnas de Opinión

Para saber y contar: Tierra derecha

MIÉRCOLES, 13 DE DICIEMBRE DE 2017
Publicado por

Columna de Opinión



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En lenguaje hípico, significa que los caballos están recorriendo los últimos cien metros, a segundos de la meta, en la recta final del hipódromo. La gradería grita, pidiendo el último esfuerzo.

En esta segunda vuelta de la elección presidencial, estamos en tierra derecha, la meta está cercana y el país espera la voz de las urnas, proclamando al próximo Presidente. Es una carrera “a la chilena”, en que solo dos caballos compiten por la corona. Pero, la gradería está silenciosa, hastiada. Solo se gritan los jinetes.

El panorama es de incertidumbre, ya no le creemos a las encuestas, luego de sus reiterados fracasos, no le creemos a los electores, que dicen una cosa y luego hacen otra, no le creemos al civismo de los chilenos, que mayoritariamente se quedan en casa y no sufragan. Están confusos el escenario y el resultado.

Hay nerviosismo en los candidatos, se les ve tensos, cometiendo errores, transmitiendo inseguridad al entorno. Mucho tic nervioso, mucha frase innecesaria y desafortunada, mucha improvisación. Discusiones de rango menor, el prurito de “sacarse los trapitos al sol.” Faltan los grandes discursos, la movilización que producen los grandes, la ilusión de sentir que un líder potente se asoma para conducirnos a puerto seguro y exitoso. Se advierte la ausencia de estadistas, estamos solo en una brega entre dos políticos sin carisma. Flota en el ambiente el desagrado de tener que ir a votar ”por el mal menor”, lo que le resta mística y entusiasmo al acto republicano. Es como casarse por compromiso, por cumplir, no enamorado hasta el tuétano.

Miramos con envidia a Francia, con un Macron que a los 39 años, con un discurso valiente y renovado, dio vuelta el tablero completo, expulsó a los viejos tercios, obtuvo mayoría parlamentaria, está poniendo a Francia a la cabeza de Europa. Su gran reforma laboral salió aprobada en un par de meses, acá estuvimos dos o tres años discutiendo lo mismo y salió una guagua sin un brazo. La reforma tributaria nuestra, luego de largo debate, resultó una guagua con dos cabezas. Allá resuelven,  acá “dialogamos”, que es la excusa cobarde para no tomar decisiones.

Estamos forzados a elegir entre traer a La Moneda de regreso a un ex Presidente, cero renovación, o darle la oportunidad a un hombre sin experiencia y asilado en los mismos partidos de siempre, con un discurso de los años sesenta, más de lo mismo.

Mario Barrientos Ossa

Abogado

Magíster en Derecho U. de Chile


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