El pasado 14 de septiembre la cantante, Katherine Orellana fue detenida por Carabineros en Rancagua por haber golpeado a su pareja, Jorge Cáceres.
Tras filtrarse el video, donde se le veía evidentemente pasada de copas, Orellana contó su situación en distintos programas de televisión donde prometió internarse para luchar con su adicción al alcohol. A dos meses de conocerse el hecho, se hizo público que Katherine abandonó el tratamiento en la Clínica Rayencura de Santiago donde estaba internada.
Así lo informó el matinal, «Bienvenidos», donde los médicos que trataban señalaron que tras dos meses de internación la cantante había abandonado el tratamiento motivada por su pareja.
Los profesionales señalaron que la ex Rojo, estaba respondiendo de manera positiva y efectivamente se estaba rehabilitando e incluso tenía liderazgo dentro del grupo en que se desenvolvía. Carolina Beherens, psicóloga y directora de la clínica Rayencura, sostuvo que se dieron cuenta que el caso de Orellana se trataba de una co-adicción, es decir, que tanto ella como su pareja eran adictos.
“Nosotros le explicamos que la única forma de que ella se podía seguir relacionando como red de apoyo con él era haciendo un tratamiento paralelo y ahí se incorporaron sus padres activamente”, declaró la especialista, agregando que Katherine prefirió priorizar a su pareja y abandonó el tratamiento, diciéndoles que seguiría el tratamiento de manera ambulatorio.
Katherine, también argumentó que no se encontraba de acuerdo con el tratamiento farmacológico al que era sometida, sin embargo, había firmado un consentimiento al ingresar a la clínica donde señalaban los medicamentos que debía tomar. Por otro lado el psiquiatra y director de la clínica, Juan Lorca, sostuvo que a pesar de haber abandonado el centro nunca se le ha negado el reingreso al establecimiento.
Actualmente, Katherine Orellana está en tratamiento ambulatorio en una clínica de Rancagua junto a Jorge y está buscando recuperar la custodia de su hijo, quien se encuentra a cargo de la madre de la cantante.
Cabe señalar que los médicos que atendieron a Orellana señalaron que el tratamiento debía durar seis meses antes de optar por uno ambulantorio.
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