Tras rendir la PSU, miles de jóvenes están a la espera de los resultados, pero también muchos se encuentran en el dilema respecto a qué estudiar.
Los cambios que ha experimentado la sociedad en los últimos 50 años, son solo un ejemplo, de que debemos estar preparados para una evolución cada vez más rápida de la sociedad, y que a la vez debemos ya tener las herramientas suficientes para adaptarnos a lo que nos depara la próxima década. Y el ámbito laboral no escapa de esta lógica.
En materia de producción, ya se habla de la cuarta revolución industrial, donde predominan las computadoras, los avances tecnológicos son cada vez más rápidos y sorprendentes, y muchas de las labores que hacían las personas están siendo sustituidas por máquinas.
¿Cómo nos preparamos para esta realidad? Hay carreras u oficios destinados a desparecer o que ya no serán demandados como en antaño por parte del mercado laboral. Donde la automatización es una realidad y el procesamiento de datos es parte del diario vivir, la especialización resulta clave, especialmente en áreas relacionadas con la tecnología. La forma de lograr mayor productividad ha ido evolucionando.
Pero cuál será el aporte del ser humano. La creatividad, las habilidades blandas y las destrezas serán claves para poder desarrollar estas tecnologías que en el futuro suplirán la mano de obra del hombre.
Un desafío que deben enfrentar las casas de estudios, cuya mirada académica se debe enfocar en el profesional que el mercado laboral necesitará en la próxima década. La constante transformación de la sociedad, los incesantes y cada vez más rápidos avances de la tecnología que, a la postre, serán actores claves en el desarrollo y crecimiento de un país, obligan a contar con profesionales que se adapten a estos cambios, que estén a la altura de la demanda y cuenten con las herramientas suficientes para desarrollar funciones que desde ya está exigiendo el mercado laboral de la próxima década.
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