A fines de diciembre de 2016 se destaparon las presuntas irregularidades ocurridas en el manejo de los recursos del Teatro Regional de Rancagua. El 29 de diciembre de ese año, el intendente Pablo Silva llevó los antecedentes ante la Fiscalía para que el organismo iniciara una investigación.
Más de 11 meses han pasado desde el hecho y, de momento, existe solo un imputado en la causa por los delitos de malversación de caudales públicos y negociación incompatible: el ex secretario de la Corporación de la Cultura y las Artes -organismo a cargo del Teatro Regional- y ex director del recinto, Marcelo Vidal.
A principios de año, cuando recién se comenzaban a conocer antecedentes en relación a esta causa, Marcelo Vidal acudió al Ministerio Público para prestar declaraciones. En la ocasión, el músico reveló detalles del manejo de los recursos del teatro y destapó presuntas irregularidades y sobreprecios por parte de la Corporación de la Cultura y las Artes.
En la declaración, a la que tuvo acceso diario El Tipógrafo, el ex director del teatro comienza aclarando que “durante mi tiempo de trabajo atendí a las instrucciones del presidente de la Corporación de la Cultura y las Artes de la Ilustre Municipalidad de Rancagua, función que recaía en el alcalde Eduardo Soto”.
El músico, que ejerció su cargo desde la puesta en marcha del recinto cultural, recordó que el 25 de agosto de 2013, como secretario de la Corporación “me toca ser parte en el convenio que administraría en forma exclusiva el Teatro Regional, entre la municipalidad de Rancagua y la Corporación Cultural, firmado entre el alcalde Eduardo Soto, por ambas partes, y yo como secretario”.
Vidal agregó que “usando el convenio municipio-corporación, el alcalde de Rancagua se transforma en el único responsable, con exclusivo dominio sobre el recinto, esto significa que él decidía todo tipo de uso que él quisiera darle al edificio, inclusive las tratativas de arriendo, a quién se haría el arriendo, cuánto pagarían por él”.
Con esos antecedentes, el músico aseveró que “la corporación que administré no atendió al Consejo de la Cultura (y las Artes) ni al Gobierno Regional, atendió al municipio de Rancagua, al Teatro Regional, sus producciones, contrataciones de artistas y gestiones, compras, servicios que debíamos pagar a solicitud del alcalde, inclusive, aunque no fuera del giro de nosotros como corporación, como, por ejemplo, un evento de los evangélicos”.
Al respecto, Marcelo Vidal manifestó que “realizamos aportes a instituciones religiosas para sus actividades masivas o benéficas, para lo cual el contacto era Rodrigo Maldonado, jefe de Gabinete del alcalde. Sus instrucciones eran normalmente por WhatsApp al igual que las del alcalde”. En relación al uso de los recursos para la actividad de los evangélicos aseguró que “no sé con claridad en qué fueron usados esos dineros, no tengo constancia si se hizo algún evento, la idea era que tenía que pagar y eso yo hacía”.
“Las negociaciones eran realizadas directamente por el alcalde”
El único imputado por la causa sostiene en declaración que al interior de la Corporación de la Cultura y las Artes “se hicieron diversas compras, tanto de mobiliario como servicios, sin mediar licitaciones o sistema de compras, esto porque los proveedores estaban designados con anterioridad».
«Las negociaciones eran realizadas directamente por el alcalde», asegura Vidal, quien en su declaración explica que «uno debía tomar contacto con el proveedor y pagar los servicios a la brevedad. Para contratos y asesorías estaba Álvaro Lavín, abogado asesor del alcalde”.
“La directora de Dideco, Mónica Toro, Relaciones Públicas, que era Alicia Fortes; y Rodrigo Maldonado, me pedían por mail y WhatsApp o llamados que debía pagar a éstos proveedores”, agregó.
Licitaciones «con evidente sobreprecio» ganadas por Luna Negra
Según el relato de Vidal, los eventos masivos realizados por la Municipalidad de Rancagua eran siempre producidos por Luna Negra, propiedad de Marco Catalán. “Yo entregué antecedentes al municipio para que ciertas cosas se licitaran, pero de todos modos ganaban éstos proveedores (Luna Negra). Catalán ganaba siempre”, aseveró.
“Catalán no ganaba por ser el mejor, ni con los mejores precios, ganaba porque tenía la confianza del alcalde, además, quiero referir que sus precios estaban elevados por sobre el mercado”, acusó.
“La corporación atendió la voluntad del alcalde y mi rol era cumplir, a lo cual nunca me opuse (…), yo quería mantener mi trabajo, el alcalde daba órdenes en forma autoritaria y yo obedecía”, insiste Vidal.
El artista aseguró al fiscal que “una vez con José Pablo Domínguez (miembro del directorio de la corporación) conversamos con el alcalde para crear un método más transparente para adjudicar los recursos, pero él dijo que no, que había que buscar la forma de entregarle a Catalán los dineros para que fuera transparente. Él dijo que no se hacía nada ilegal en su mandato. Había que hacer que estaba todo en legalidad, pero en el fondo, la instrucción era clara: todos los dineros, todas las adjudicaciones estaban entregadas y negociadas a Catalán desde un inicio, no importaba lo que yo opinaba al respecto, yo solo debía obedecer y entregar los dineros”.
Para la realización de la Copa América en 2015, donde Rancagua fue sede, el municipio contrató al Museo de la Camiseta. Para eso, según Vidal, “yo consultaba a Álvaro Lavín, quien era el asesor del alcalde, él me decía la forma para el contrato o convenio. En ese caso, también hubo dineros que se adeudaron a la productora Luna Negra de Catalán, que nosotros cancelamos desde la corporación sin tener más detalles del origen de la deuda ni de los servicios prestados”.
Otra de las actividades realizadas por la productora Luna Negra, eran las Fiestas Rancagüinas. En ese sentido, Vidal aseveró que “por instrucción del alcalde hubo un solo productor histórico, quien producía íntegramente estos espectáculos: Marco Catalán. (Él) cobraba por artista y por la técnica. Hacía valores globales, sin incluir los valores por artista, técnica, ganancia, etcétera. Esto lo negociaba directamente con el alcalde”.
“Recibimos comentarios de otros productores por los valores de algunos artistas, en este caso había sobreprecio y no había competencia alguna. Aunque nosotros como corporación pudiésemos contratarlos más baratos, era Luna Negra quien siempre producía estos espectáculos”, explicó el ex director del teatro.
Respecto al desglose de dineros traspasados a Luna Negra y cómo se hacían los procesos de licitación, Vidal asegura que “en el año 2014 se transfirieron a Luna Negra $183.403.051; en 2015 se cancelaron $142.596.400; cuando recibimos el presupuesto de las fiestas y la subvención aprobada por el Concejo Municipal y ya adjudicada por el alcalde a Luna Negra, Álvaro Lavín me pidió que hablara con otras productoras para que nos enviaran presupuestos para hacer un acta de adjudicación (…). Los presupuestos que yo entregué incluso eran de eventos anteriores, no para estos eventos específicamente, pero Álvaro Lavín me dijo que me tratara de conseguir esos presupuestos, pero era solo para hacerla formalidad, para ‘que se viera legal’, porque la adjudicación estaba hecha desde el primer momento a Luna Negra, no importaba el costo”. Vidal en su declaración insiste en que “Luna Negra no era lo mejor del mercado”.
En esa línea, el concertista agregó que “en el año 2016 solo por este concepto se cancelaron a Marco Catalán $157.738.700, la única instrucción era que se hiciera de forma similar al año anterior, o sea (…) poner más presupuestos solo para el tema formal, para que se viera legal la adjudicación”.
“Las cotizaciones me llegaban por mail, a través del jefe de Gabinete, no existía ninguna formalidad. Nosotros intentamos incluir boletas de garantía en los contratos o llamar a licitaciones, pero esto era imposible, porque estaba el alcalde de por medio en el cierre de esta gestión y sus valores, era él quien visaba estos temas”, recalcó el músico.
Además, agregó que “desde un inicio planteé mis inquietudes respecto de este tema, por lo evidente del sobreprecio, pero nunca se quiso hablar. El alcalde señalaba que Marco Catalán le daba confianza y por eso los espectáculos debían ser derivados a él”.
Vidal señala que los dineros pagados a Catalán y a su productora Luna Negra “no sé a dónde iban a parar los sobreprecios. Yo he escuchado comentarios de que iban para campañas, porque esta misma productora hacía la técnica para la campaña del alcalde”.
Compras irregulares para la Casa de la Cultura
Una vez que se anunció la instalación de la primera universidad estatal en la región de O’Higgins, el alcalde de Rancagua ofreció la Casa de la Cultura para que comenzaran a funcionar las primeras oficinas de la institución. Para ello, fue necesaria la compra de mobiliarios para acondicionar el lugar.
“La compra de algunos de estos muebles se efectuó junto al alcalde en Santiago. Nosotros pagamos las facturas que nos llegaban. Muchos de estos muebles eran de alto valor, como alfombras y sillones”, aseguró Vidal.
Pese al alto costo pagado por los artículos para acondicionar las dependencias, el ex director de la Corporación de la Cultura y las Artes asegura que “a mediados de 2016 me informa Pilar Mansilla (jefa de Gabinete del rector de la UOH), que las alfombras fueron sacadas por el rector porque eran falsas. Obviamente, su valor no correspondía con lo que pagamos: $14 millones”.
En ese sentido, el músico recalca que “los trabajos o servicios que pagamos, por instrucción de alcaldía, llegaron en su mayoría con acuerdos cerrados y proveedor designado, la labor de la corporación era cancelar por estas tareas. Éramos una caja pagadora”.
Finamente, el músico acusa que “la corporación es usada para conseguir propósitos en el bien de la dirección del gobierno del alcalde”, y asegura que el Teatro Regional es “un escenario construido por tres instituciones para el propósito de una”.
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