Una bandera con la estrella solitaria luciéndose en podios copados por jóvenes deportistas de nacionalidad estadounidense. El gestor de esta imagen hace unos días fue un deportista machalino, Benjamín Vivar, al demostrar todo su potencial con solo dos años ligados al racquetball.
La promesa regional de la disciplina se encumbró entre los más ganadores del Mundial Junior realizado en la ciudad estadounidense de Miniapolis, obteniendo la medalla dorada en la serie sub 12 y rematando tercero en sub 14 en challenger.
Su participación significó un esfuerzo económico mayor, sobre todo a nivel familiar para reunir los fondos y llevarlo a competir al más alto nivel a confirmar su prometedor futuro. Precisamente fue frente a la mirada de su padre, Marcelo, competidor del circuito regional y aquel que lo incentivara a conocer el racquetbol, que ratificó todo lo que se espera de él.
“Es nuestro primer jugador que participa y termina obteniendo algo a nivel internacional. Estoy muy contento y orgulloso, se vienen muchos jugadores más en la cantera de la escuela de racquetball que se realiza en el Centro Español los miércoles y viernes entre las 18:00 a 19:30 de forma gratuita”, apunta Miguel Quilodrán, impulsor de este deporte a nivel regional.
Por lo mismo, Quilodrán es parte importante de este éxito del machalino. Benjamín entró hace dos años y meses a la escuela de racquetball Rancagua, que se realiza en el Centro Español, y luego de tener sus primeros logros en categorías junior a nivel regional y nacional comenzó a entrenar de manera personalizada con su persona.
Sin techo
El nombre de Benjamín Vivar viene pisando fuerte y parece que no tiene techo. Ganó la primera fecha nacional este año en Temuco y desde ahí comenzó un ascenso que consolidó frente a jóvenes deportistas venidos desde distintas partes del mapa.
“Logró su sueño de estar en Minneapolis jugando junto a los mejores del mundo”, dice Quilodrán sobre este rápido ascenso que tiene al ‘Benja’ con un prometedor futuro deportivo en sus manos.
“Lo que se espera de Benjamín es que se convierta en el próximo referente del racquetball nacional junior haciendo el recambio tan necesario que vienen empujando ciudades como Rancagua y Temuco para este deporte”, comenta Miguel Quilodrán, el head coach que va teniendo señales sobre la apuesta realizada hace unos años en convertir a Rancagua-Machalí en cuna nacional del racquetball.
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