1.-El gran ganador de las pasadas elecciones fue el Frente Amplio, creado solo hace ocho meses, con una candidata presidencial novata, superó el 20% de los votos, a ratos estuvo a punto de pasar a segunda vuelta y terminó eligiendo 20 diputados, un senador y quedó con la llave de La Moneda en la mano. Sin embargo, no pasaron a segunda vuelta. Luego, se puede perder y ganar.
2.-En el caso de Piñera, el triunfalismo apuntaba a un 45% de los votos, y algunos ilusos proclamaban que ganaba en la primera vuelta. Era carrera corrida. Las cifras rebajaron las expectativas a un realista 36,6%, con lo cual, a la inversa del Frente Amplio, se puede ganar y, sin embargo, perder.
3.-Otro que ganó y perdió fue Guillier, ocupó el segundo lugar, pasó a la segunda vuelta, pero con una magra votación y con el Frente Amplio respirándole en la nuca durante toda la tarde en que se daban los escrutinios. Ganó, porque la llave está abierta. Ahora debe hacer el prodigio de reunir tras él y con un programa común atractivo, a toda la izquierda y a la DC, lo que le abriría, de concretarse, grandes expectativas de triunfar en la segunda vuelta.
4.-La reina de la jornada fue la señora Abstención, que con un 54% de los votos, fue la más “votada”. Fruto del candor de los legisladores, que siguen creyendo que, dictando leyes, se solucionan los problemas, y no es así. Creyeron que con forzar a todos los ciudadanos a estar inscritos, con un sistema automático, aumentaría enormemente la concurrencia a las urnas. ¡Benditos de Dios! ¿Quién pudo pensar seriamente, que quienes no votaban y por eso no se inscribían, iban a hacerlo por inscribirlos contra su voluntad? Entonces, tenemos un falso padrón electoral de más de 14 millones de inscritos, pero seguimos votando los mismos seis o siete millones de siempre.
5.-Comentario aparte merece el nuevo sistema proporcional, que mostró resultados asombrosos. Presenciar, en el distrito 10, a dos nuevos diputados, electos uno de ellos con poco más de un uno por ciento, y la otra con el 0,99%, mientras quedan fuera candidatos con hasta el 10% de los votos, es un acto de magia, le resta toda seriedad a la representatividad.
Es casi divertido: se combatió el binominal porque era poco democrático, hasta destruirlo. Pregunto: ¿es democrático el nuevo, con tamaños resultados? ¿No contribuye al desprestigio del sistema y de la política? Tema de meditación y análisis.
6.-Termino resaltando que el país, desde ayer, está envuelto en un halo de esperanza y humildad.
Todos, moros y cristianos, están esperanzados en ganar en diciembre, se abrieron las ventanas, hay esperanza, y se respira. Todos ganaron, todos creen que pueden volver a triunfar.
Mario Barrientos Ossa.
Abogado, Magíster en Derecho Universidad de Chile
Comentarios
Noticias recientes
Más Leídas