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Columnas de Opinión

Legitimemos a nuestro futuro presidente

VIERNES, 24 DE NOVIEMBRE DE 2017
Publicado por

Columna de Opinión



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La democracia es el mejor sistema inventado para que el ser humano pueda representar o verse representado en las decisiones más importantes de conducción de la sociedad. Desde la democracia directa, ejercida por todos los gobernados, inicialmente en Atenas a comienzos del siglo VI A.C., y que aún sobrevive en un par de cantones suizos, pasando por la democracia indirecta con que los ciudadanos eligen electores, como en el sistema estadounidense, hasta las diversas fórmulas de democracia representativa, de una de las cuales acabamos de salir  —el binominal—  para regresar al método D’Hont de cifra repartidora, la mayor parte de los países busca encontrar sistemas que permitan el gobierno del pueblo por el pueblo. Y, si nos apuran, para el pueblo.

Terminadas las recientes elecciones presidenciales, parlamentarias y de consejeros regionales, la cifra repartidora quedó atrás dejando una estela de nuevas estrellas, y de numerosos muertos y heridos que aún siguen desconcertados, tanta fue su sorpresa. No vieron venir el cambio, y éste los aplastó. Y en pocos días estaremos en un balotaje para elegir un presidente entre las dos primeras mayorías. No un presidente de “este país”, como dicen con frecuencia quienes no quieren a Chile. Un presidente de Chile, de nuestro país.

¿Quiénes lo elegiremos? Si no cambia la convocatoria de la primera vuelta, nuestro nuevo presidente llegará a La Moneda con los votos de menos de un cuarto de los electores. Baja representatividad para un primer mandatario, qué duda cabe de que nos equivocamos al establecer el voto voluntario. O, lo que también es muy plausible, tuvimos temor de un voto obligatorio presintiendo quizá que con ese sufragio nos llevaría la historia.

Las cohortes más jóvenes, por muchas razones, son reacias a votar, y lo volvieron a demostrar el domingo pasado. No parecen advertir, o no valoran, que su abstención debilita la democracia que ha costado tanto reconstruir. Más acá de ellos, los ciudadanos minoritarios que tradicionalmente votan, los que acaban de votar, expresaron una sensible pérdida de confianza en la política tradicional, y una inclinación por probar con nuevos rostros y nuevas ideas. A lo mejor fue para bien, y ojalá que así haya sido. A lo peor, para mal. Lo esencial es que la ciudadanía que vota tiene plena autoridad moral para equivocarse.

Desde la Universidad, crisol de valores y de ideas, no podemos sino llamar una vez más a la conciencia de nuestros ciudadanos, sobre todo jóvenes: ante la disyuntiva presidencial que se avecina, concurramos a expresarnos el 17 de diciembre, porque lo que se estará decidiendo es el rumbo que tomará nuestro país en el próximo cuatrienio. Decidámonos a apoyar la democracia votando, asumamos nuestra cuota de responsabilidad por el futuro inmediato de Chile, legitimando a nuestro futuro presidente.

 

Guillermo Ramírez Rebolledo

Secretario General

Universidad de O’Higgins


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