El senador Fulvio Rossi fue víctima de una agresión la mañana de este miércoles en el sector la Península de Cavancha, en Iquique. Producto de las heridas que un desconocido le provocó con un arma blanca debió ser ingresado de urgencia a un centro de salud.
Un hecho grave, que fue repudiado por la mayor parte del mundo político, ya que en un caso de esta magnitud deben quedar fuera las ideologías o diferencias partidistas.
Para nadie es un misterio que el clima político está sensible a pocos días de las elecciones, y que en estos últimos meses algunas campañas –la minoría- se han centrado en un discurso agresivo y de descalificación. Compleja situación porque los mismos candidatos encienden los ánimos y pueden provocar que las conductas se desborden, como pudo haber ocurrido en el ataque a Fulvio Rossi.
Por ello, las palabras del diputado Hugo Gutiérrez (PC) no fueron las más acertadas, al exigir que el hecho sea “investigado a la brevedad, porque no le creo nada a Rossi (…) espero que se investiguen todas las hipótesis, incluyendo la del autoatentado».
Más allá de las dudas personales, en una situación de este tipo, el llamado es a la prudencia, a la reflexión, más que seguir encendiendo los ánimos. En este sentido, es la Fiscalía la institución que tiene la palabra para establecer cómo sucedió este hecho y, por lo pronto, es prudente dejar afuera de este delicado caso las teorías personales.
En años anteriores, otros políticos ya han sido blanco de ataques de parte de desconocidos, pero no con la gravedad que afectó a Fulvio Rossi.
La agresión al parlamentario obliga a dar señales de que este tipo de situaciones no se pueden tolerar en el país, especialmente en Chile, donde nos hemos caracterizado por apegarnos a los valores de la democracia. Y en este sentido, los propios actores políticos juegan un papel clave para demostrarle a la ciudadanía que en Chile el debate se da bajo el marco de las ideas, el respecto y la tolerancia.
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