Este miércoles me tocó moderar un debate entre cuatro candidatos a diputado. Íntimamente lo deseaba mucho, hace décadas mi padre lo hizo y tener esa oportunidad me resultaba de amable memoria.
El caso es que llovió tupidamente horas antes, y eso conspiró respecto de la asistencia del público, que no logró llenar el salón. Los candidatos fueron de todos modos amables y se mostraron alegres de estar en la Universidad La República, que cedió su Auditorio para esa actividad.
Alejandro Sule, Andrés Lorca, Emmanuel Lara y Diego Schalper concurrieron al llamado. Gente de izquierda extraparlamentaria, izquierda, centro y derecha estaban ahí para contestar preguntas del suscrito y atender consultas del público presente.
¿Qué es lo más llamativo? Primero, la baja presencia de personas dispuestas a oir a los candidatos. Ante ese hecho todos hablaron de la distancia que la población percibía de su clase política y que eso era un llamado de atención, que en parte comparto como diagnóstico. Pero en segundo lugar algo que no termina de escalofriar: la falta de ocasiones en las que se puede acceder a un mediano desarrollo de ideas y propuestas más allá de los eslóganes de campaña.
Qué brutal condena a la población: tener que votar por candidatos que no perciben interesados en representarles, y de interesarse, la falta de ocasiones de poder atender con menos ruido de fondo a los mensajes. Escasas las ocasiones de hacerlo han hecho que estén atorados por aprovechar cada espacio que se abriese, no he visto muchos foros, debates o conversatorios de candidatos.
Diego Schalper, un desconocido en el distrito, tuvo la entereza de ser el único candidato que defendió ideas de Chile Vamos, frente a un candidato que ya fue diputado, como Alejandro Sule. Conocí también a Andrés Lorca, y a Emmanuel Lara, quien se presentó para romper cierto ostracismo de los grupos de izquierda extraparlamentaria para presentar sus ideas fuera de sus grupos políticos de referencia. En resumen, fue un necesario ejercicio de amistad cívica, de esa que debe prevalecer en épocas de rumor en redes sociales que distorsiona hechos y no nos deja ver a las personas que tenemos enfrente. Porque Chile es diverso, y por tanto, tiene más urgencia de ver representación de esa extensa gama de colores que tiene Chile en su gente.
El encuentro fue organizado por un par de integrantes del movimiento por una Asamblea Constituyente, Karina Margarita y María Victoria. La conciencia viva que mantienen hizo posible, dentro de su excepcionalidad, un acto que debiese ser habitual.
Francisco Javier Larraín Sánchez
Docente e Investigador
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