Solo 5 de los ocho candidatos presidenciales participaron este jueves de una actividad de la CUT, donde pudieron debatir sus propuestas en una cita junto a representantes de los trabajadores.
Uno de los que estuvo ausente fue el abanderado independiente José Antonio Kast, quien acusó discriminación arbitraria por parte de la Central Unitaria de Trabajadores al no ser invitado a la instancia, donde tampoco estuvo el candidato de Chile Vamos, Sebastián Piñera. A raíz de esta situación, el ex UDI llegó a la Corte de Apelaciones de Santiago donde presentó una demanda, invocando además la Ley Zamudio.
La medida fue duramente criticada por el resto de los candidatos a La Moneda, especialmente de aquellos que están en la otra vereda política. A pesar de que Kast como parlamentario votó en contra de la ley Zamudio, ayer sí se amparó en esta normativa para presentar su demanda.
Durante la semana, otro hecho que sacó ronchas, tuvo que ver con las declaraciones del presidente de la Bolsa de Comercio de Santiago, Juan Andrés Camus, quien auguró en El Mercurio un “colapso en el precio de las acciones” si Sebastián Piñera no ganaba la elección presidencial de noviembre.
Inmediatamente desde el gobierno reaccionaron, haciendo evidente su molestia ante estos dichos. Camus fue blanco de duras críticas tras sus palabras en el medio de circulación nacional.
Dos ejemplos que ratifican que hoy el clima está sensible, las suspicacias están a flor de piel, y amenazan con agudizarse a medida que se acerca el 19 de noviembre. Y los últimos debates no han estado exentos de este tipo de situaciones.
Por ello, en una época compleja y con atisbos de diferencias ideológicas irreconciliables, lo que se exige hoy -más que nunca- independiente del sector y del color político, es responsabilidad en las conductas y en las declaraciones. Especialmente de los líderes de opinión, de quienes tienen más sobre exposición mediática y de aquellos llamados a liderar las organizaciones.
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