El Injuv entregó los últimos resultados del estudio sobre las percepciones de los jóvenes en materia de política, candidatos y procesos eleccionarios.
Los datos reflejan que solo el 47% de los consultados aseguró que votará en las presidenciales de este año. Un 27% dijo que probablemente no irá a sufragar y un 12% lo descartó.
Las razones varían desde sentirse defraudado o decepcionado de los políticos (36%) o no sentirse representado por ningún candidato (23%).
El estudio demuestra además que la mitad de los encuestados presenta un bajo o nulo interés en la política. Solo un 22% afirma estar muy o bastante interesado.
Desafección que se puede entender en parte porque los jóvenes no se sienten completamente representados por las políticas públicas enfocadas a este grupo y porque existe la percepción de que los temas de su interés no logran los avances esperados. Un ejemplo de esto, tiene que ver con sus demandas en materia de educación superior, en cuanto a calidad, acceso, gratuidad y CAE por nombrar algunos temas.
De estos resultados se desprende que los jóvenes sienten que poco pueden influir en las decisiones políticas y que tienen pocos espacios para ello.
En este escenario es válido preguntarse si la clase política ha realizado los esfuerzos suficientes pare generar o estrechar lazos con los jóvenes. La alta abstención de este grupo en las últimas elecciones y el poco interés que manifiestan por ir a votar podrían explicar este fenómeno.
La pregunta es la siguiente: ¿El mundo político haría mayores esfuerzos por sentirse identificado con los jóvenes si fueran un grupo electoral con una mayor participación en los comicios y así su voto se transformara en uno capaz de cambiar el rumbo de una elección?
La marcada ausencia de jóvenes en las urnas, la antipatía por participar de un proceso eleccionario podría ser un factor claves para dejar a los jóvenes al margen de los intereses políticos en época de campaña, donde los esfuerzos se deben concentrar en quienes sí concurrirán a las urnas.
La abstención de los jóvenes en las últimas elecciones es posible se replique en un alto porcentaje cuando superen los 30 años. Si la tendencia continúa cada vez se depositará en menos personas la importante labor de decidir quiénes conducirán los destinos políticos de este país. Por ello, hoy la palabra no la tiene el sistema político, la tienen los jóvenes que deben entender que sin su participación es muy difícil lograr los cambios o mejoras que ellos mismos ansían para el futuro de Chile.
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