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Columnas de Opinión

Odebrecht y la internacionalización de la corrupción en América Latina

VIERNES, 21 DE JULIO DE 2017
Publicado por

Columna de Opinión



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Tras los últimos escándalos de corrupción vinculados con la constructora brasileña Odebrecht, que afectan a los ex presidentes Lula Da Silva en Brasil y Humala en Perú, América Latina se encuentra frente a un antes y un después en materia de corrupción.

Las múltiples investigaciones por fraude y lavado de activos, así como las denuncias por abuso de poder y otros delitos transnacionales, que han posibilitado financiar campañas políticas, se han extendido en gran parte del continente. Se trata de un poder expandido de formas sin precedentes. Al menos diez ex mandatarios, junto a algunos de sus ministros, están envueltos en casos de corrupción en la región.

Además de Lula y Humala, en la región también han sido investigados, y algunos incluso condenados, como Dilma Rousseff, (2011-2016); José Sarney, (1985-1990): Fernando Collor de Mello, (1990-1992); Fernando Henrique Cardoso, (1995-2002); Alejandro Toledo, (2001-2006) y Alan García (2006-2011).

A ellos se suman la condena a Fujimori (1990-2000) por otros delitos durante su mandato y la de Francisco Morales (1975-1980), por su implicación en el Plan Cóndor. También El Salvador, República Dominicana, Ecuador y Colombia tienen ex mandatarios cuestionados. Antonio Saca (2004-2009) y Mauricio Funes (2009-2014) del Salvador, Ernesto Samper de Colombia (1994-1998), Cristina Fernández de Kirchner (2007-2015) y Carlos Menen (1989-1999) de Argentina, se suman a la larga lista.

Esto es una muestra de que, definitivamente, no estamos gobernados por los más capaces, inteligentes y con vocación de servicio, sino más bien por gente ambiciosa, que ha combinado el poder económico con el político. Estamos frente a personas que han dejado de lado los valores morales, los principios y las virtudes características de la vida republicana, que por definición consulta y busca entre ciudadanos virtuosos a los mejores lideres para dirigir los destinos de un pueblo.

Hoy, una de las grandes fallas de la democracia liberal es que considera que el gobernante debe tener suficiente capacidad y libertad de decisión, algo que, a mi juicio, nos ha traído hasta el punto en el que estamos.

Los países de la región tienen muchas lecciones que aprender. La primera, es que debemos educar a los ciudadanos y capacitar a las personas para gobernar y elegir bien a sus gobernantes, para que aquellos corruptos, por la ley o el desprecio de los ciudadanos, se hagan a un lado para que gobiernen los buenos. Platón en la República fue muy claro al afirmar que, en Democracia es bueno que cualquiera pueda gobernar, pero que peligroso es que cualquiera lo haga.

 

Luis Horacio Franco Gaviria

Académico  Universidad Andrés Bello


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