Los temas de carácter valórico se han tomado la agenda social. El debate no solo ha estado en el Congreso sino que también, pero de manera errónea en la calles, con disputas más allá de lo razonable, demostrando que en esta materia la poca tolerancia será la tónica de la discusión. Situaciones de este tipo se vivieron cuando personas a favor del denominado ‘Bus de la Libertad” se enfrentaron con quienes pusieron en las calles el “Bus de la Igualdad”.
Hoy el debate en el Congreso respecto al aborto en tres causales se toma la agenda de los medios y este jueves se vivirá una jornada clave en la Cámara de Diputados, ya que el proyecto podría dar el último paso legislativo para convertirse en ley.
El aborto, el matrimonio homosexual, la adopción para parejas del mismo sexo ya son temas que se debaten en el seno de las familias y algunos ya se han instalado en la agenda pública.
Temas que han dejado al descubierto que no serán materias fáciles de consensuar y que generan posiciones extremas y complejas de conciliar. Chile ya se abrió como sociedad a conversar de estos temas, pero para ello es básico que los líderes de opinión y quienes tienen la potestad de dirigir los destinos de este país respondan con madurez y la altura de miras necesaria para representar lo que piensan y creen los chilenos, sus valores, creencias y cómo quieren enfrentar el futuro y el de sus hijos en estas materias.
Porque más allá del resultado legislativo, en materia valórica Chile debe demostrar con claridad que la sociedad tiene la madurez suficiente para debatir estos temas en los lugares que corresponde, sin caer en apasionamientos que impidan avanzar en una legislación que se adapte a las necesidades de este Chile del siglo XXI.
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