Según las estadísticas del Ministerio de Salud, la bronquitis obstructiva es la segunda causa de consulta en los servicios de urgencia en estos días, principalmente en el caso de los niños. Pero ¿en qué consiste este cuadro y en qué se distingue de otras enfermedades respiratorias?
A diferencia de un resfrío o de la gripe, presenta los siguientes síntomas: fiebre, tos con flemas, molestias en el pecho, dificultad para respirar, silbido en el pecho. Cuando se trata de lactantes, los niños pierden el apetito y dejan de amamantar, principalmente porque esta enfermedad produce hinchazón e inflamación de las vías aéreas principales que llevan aire hacia los pulmones, lo cual dificulta la respiración.
“El tratamiento y manejo de las obstrucciones respiratorias es diferente a partir de las edades y cómo se desarrollan los cuadros, porque no es lo mismo en el caso de un recién nacido o lactante, que en niños de 5 años o más. Por eso es que las familias deben estar atentas a los signos y síntomas de cuidado”, explica Alejandra González, académica de la Facultad de Enfermería de la U. San Sebastián.
La población más susceptible para estos cuadros respiratorios son los niños y adultos mayores, pero también las personas con una baja inmunidad y quienes presentan patologías crónicas como diabetes, hipertensión, asma y enfermedad pulmonar obstructiva crónica (EPOC).
González indica que “las infecciones respiratorias virales tienen un ciclo y hay que esperar a que se cumpla, mientras que cuando es de origen bacteriano, el manejo es diferente y se requiere del apoyo de antibióticos, además de dispositivos como inhaladores o nebulizadores”.
En este sentido es posible que se pueda llegar a una insuficiencia respiratoria que requiera hospitalización en etapas moderadas o graves del síndrome bronquial obstructivo. Son los médicos, quienes deciden si es necesario internar a un paciente o que reciba un tratamiento ambulatorio.
Por eso asegura que es clave educar a la población sobre el uso de la red asistencial “para no provocar un mal uso de los servicios de urgencia”.
“Muchos casos pueden resolverse en los consultorios o en los Servicios de Atención Primaria de Urgencia y si la patología es más compleja, los profesionales de los Sapus, son quienes determinan si se necesita o no de un servicio de urgencia. Lo mismo es válido para las consultas y las urgencias del sistema privado”.
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