Producto de la mala calidad del aire, especialmente por material particulado fino, la autoridad debió decretar para ayer martes alerta sanitaria para las comunas de Rancagua y Machalí. Una decisión que intensifica la fiscalización en esta conurbación, para que se cumplan las medidas que se deben adoptar en estos días.
Ayer, en tanto, El Ministerio de Medio Ambiente anunció la utilización de un dron de vigilancia para fiscalizar el uso de calefactores a leña en el sector oriente de Santiago. Decisión que generó un debate político, ya que desde la oposición recordaron algunas voces del oficialismo cuando se opusieron al uso de esta tecnología para combatir la delincuencia en Las Condes, acusando que vulneraba la privacidad de los vecinos.
Pero más allá de la polémica política, lo importante es saber cuál es el alcance que podría tener esta tecnología. Permitirá entregar información y tendrá claramente un carácter disuasivo, especialmente porque por momentos los fiscalizadores no parecen dar abasto.
Una implementación que ya algunos piden para el valle central de la región de O’Higgins, especialmente para sectores de Rancagua y Machalí que usan en mayor medida este tipo de combustible para calefaccionarse y que viene a apoyar el trabajo de fiscalización de los profesionales de la Seremía de Salud.
Pero cualquier tecnología que se imponga o cualquier política disuasiva que se pretenda implementar no será lo suficientemente efectiva si no va de la mano de dos factores claves:
Por un lado la conciencia ciudadana, donde cada uno entienda que una conducta amigable con el medio ambiente, ya sea evitando la leña en días de alerta o utilizando leña seca en calefactores certificados por la SEC, es fundamental para reducir los niveles de contaminación.
Pero este tipo de conducta de los vecinos debe ir de la mano de señales concretas del Estado, relacionadas a crear políticas públicas destinadas a enfrentar los niveles de contaminación más peligrosos para la ciudadanía como es el Material Particulado 2,5 (MP 2,5 o fino) y, en este sentido, el compromiso es de aquí a fin de año decretar zona saturada por este material y así en un plazo razonable contar con una herramienta adecuada y eficaz para reducir los niveles de contaminación más dañinos para la salud de las personas.
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