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Editorial

Editorial: Violencia en el pololeo

JUEVES, 25 DE MAYO DE 2017
Publicado por

Equipo de Corresponsales



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Mientras se encuentra internado en el Hospital Regional de Rancagua fue formalizado un hombre que hace unos días asesinó a su pareja y a su hijo de 14 años. El hecho no solo conmocionó a sus cercanos sino que a toda una región.

Los últimos casos de violencia intrafamiliar y específicamente de femicidios han obligado a las autoridades a estar en alerta y establecer un trabajo en conjunto con las policías para poder detectar el por qué del aumento de estos dramáticos hechos.

El llamado es a denunciar, no solo por parte de la víctima, sino que también de su círculo cercano y así evitar convertirse en cómplices de estos abusos.

Pero existe una etapa clave de la relación donde es fundamental estar atento a las señales que, en este sentido, pueden darse: El pololeo

La última encuesta del INJUV refleja que un 51% de los jóvenes –entre 15 y 29 años- dice conocer a alguna víctima de violencia en el pololeo dentro de su entorno de conocidos, amigos y familia.

Mientras que un 49% de los encuestados opina que «la principal causa de violencia dentro del pololeo, entre la gente de su misma edad, son los celos y en menor medida el machismo existente en la sociedad chilena».

La violencia en el  pololeo trae consigo consecuencias inmediatas: bajo rendimiento escolar, aumento en el consumo de alcohol y deterioro de la relación con amigos o familiares. Todos signos a los que los padres deben estar atentos y que pudieran decir que algo no anda bien en la relación de sus hijos.

En un pololeo se pueden dar ciertas señales que podrían en el futuro transformarse en hechos de violencia. Por ello, es clave que al interior de las familias se hable de este tema, se conversen las consecuencias de una relación dominante, posesiva o  agresiva. Y no solo en el ámbito físico, sino que también en el psicológico y emocional. Así como también las consecuencias de tolerar conductas cuestionables como prohibir ver amistades, controlar llamadas o querer saber las claves de Facebook o del correo electrónico de la pareja.

Lo más peligroso es que existen altas posibilidades de que la violencia en la adolescencia se repita siendo adultos.

Por ello, es fundamental que los jóvenes entiendan que la violencia no es solo un tema de los adultos y que se puede dar también, en distintos niveles, en la juventud. Disfrazada además de muchas formas pero que finalmente redundará en una conducta agresiva.


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