Señor Director:
Es mi deber como padre de un estudiante de 18 años cobardemente asesinado por un delincuente de 16 años, responder una vez más al señor Alberto Ortega, Defensor Regional de O’Higgins.
Quiero aclarar que la Ley Joaquín, nunca pretendió igualar las sanciones de los adultos con el tramo de entre los 16 y 17 años, solo endurecer el trato que se les da a estos últimos como si fueran niños vulnerables, que a nuestro entender ya no lo son.
El proyecto tampoco fue desechado, como el Sr. Defensor expone. Tiene razón cuando dice que el proyecto no es el mismo que se presentó en la Comisión de Seguridad Ciudadana, pero todo proyecto que se presenta en la cámara de Diputados tiene su proceso y en el mismo se le hacen indicaciones y modificaciones, ya sea para fortalecerlo o debilitarlo. Se invitan a todos quienes tengan relación con la propuesta y es obvio que invitarían a los «Expertos»; Defensora Nacional, Directora del SENAME, oficial de Protección de UNICEF para Chile, INDH, entre otros.
El Defensor Regional, ha tildado de inconstitucional nuestro proyecto y fue categórico en plantear que no sería aprobado. Pues la realidad no le da la razón, ya que la votación en la sala el día 4 de mayo aprueba dos modificaciones y una de ellas tiene que ver con la libertad que pueda otorgar el Juez cuando un delincuente adolescente este siendo procesado, ya que tendrá que justificar por qué se le otorga esa libertad.
El Sr. Ortega explica, que no era necesario hacer esas modificaciones, porque las considera innecesarias e irrelevantes, pregunto ¿si no era necesario e irrelevante esas modificaciones, porque hubo resistencia y votos en contra – en este artículo – de los diputados que representan su postura?.
Para el Defensor, esto es solo un maquillaje, pero déjeme decirle Sr. Defensor – que maquillaje o no-, este proyecto cuando sea Ley, le demostraremos a usted y a todos sus «Expertos», que por muy inconstitucional que ustedes quieran presentar a una modificación de Ley – si la misma – está dañando el alma de nuestro pueblo, debe ser corregida en razón y justicia.
Sr. Ortega, no nos culpe a nosotros de que estos vándalos y delincuentes no han tenido oportunidades en la vida, ya que mi familia proviene de una población muy marginal de Rancagua, supimos de pobreza, hambre, frío y carencias afectivas también, pero nunca robé o maté a alguien para quitarle algo que yo necesitaba. Cuando usted haya conocido esas realidades y la pérdida de un hijo en forma tan brutal como a mí me ocurrió – podré entender su discurso-, de lo contrario es solo teoría y no la realidad que vive nuestro país.
Gabriel Fernández Sepúlveda
Padre de Joaquín Fernández Cáceres
Comentarios
Noticias recientes
Más Leídas