En enero de este año, la seremi de Obras Públicas, Natalia Sánchez, afirmaba que a fines del 2018 o inicios del 2019, a más tardar, finalizarían las obras de la capilla Nuestra Señora de Los Ángeles -popularmente conocida como capilla Gaudí-, que estará ubicada en el Parque Comunal de Rancagua. A pesar de los favorables pronósticos, hoy el escenario es incierto.
La situación radica en que la empresa Ingeniería y Construcción Cosmito Limitada (Iccos) solicitó ante tribunales la declaración de quiebra a solo dos meses de iniciar los trabajos, dejando sumido en la incertidumbre la concreción del mega proyecto que pretende materializar la obra del arquitecto catalán Antonio Gaudí, la que apostaba por convertirse en el único diseño del artista hecho realidad fuera de España.
La información fue confirmada por la seremi del MOP, situación que ha generando incertidumbre respecto al futuro del proyecto. De todas formas, Natalia Sánchez sostuvo que “nosotros no podemos decir, porque sería irresponsable, que la empresa está en quiebra». Aunque confirma que «eso es una solicitud que hizo la empresa», aclara que «no es un hecho consumado”.
La obra había tomado «ritmo más lento»
La representante del MOP en la región de O’Higgins explica que durante «la última semana de marzo empezamos a detectar, a través de la inspección fiscal, que la obra comenzó a tomar un ritmo un poco más lento», situación de la que no quedaron ajenos los trabajadores, ya que «se empiezan a generar ruidos y comentarios», pero que hasta esa fecha «no eran más que eso”.
Sánchez sostuvo que “el primer lunes de abril, que fue el día 3, comenzamos a poner mayor atención, a través de nuestro inspector fiscal de la Dirección de Arquitectura, que empezó a constatar que comenzó a bajar el número de trabajadores y el ritmo de trabajo”. Agrega que “mientras teníamos rumores, todo funcionaba normal y de un día para otro dejó de avanzar lo que tenía programado de acuerdo al cronograma”.
La autoridad regional aclaró que la situación quedó “estipulada en el libro de obras, a través del inspector fiscal, y desde ahí en adelante hemos ido constatando día a día que la obra se encuentra sin avance”.
La situación no paso inadvertida y desde la Seremía decidieron establecer contacto directo con la empresa: Fue ahí cuando «ellos (…) informaron que el jueves de la semana pasada se hizo la solicitud de declaratoria de quiebra al tribunal”, asegura Natalia Sánchez, quien explica que la petición judicial “tiene que ser analizada para ver si cumple o no» y que después de este trámite se conocerá si el tribunal acoge la demanda de la compañía.
Una vez conocida esta situación, la Seremía estará en condiciones de tomar las medidas pertinentes para garantizar el éxito del proyecto, que tiene un costo de 5 mil 300 millones de pesos, provenientes del Gobierno Regional y del propio Ministerio de Obras Públicas.