Los vecinos de la Torre 1 de la Alameda, en Rancagua, que tras el terremoto del 27 de febrero de 2010 no cuentan con ascensores para desplazarse por los 21 pisos de la estructura, están cada vez más cerca de una solución definitiva y satisfactoria. Así lo señaló la directora y encargada de dicho recinto, Milyam Cofré, quien hizo pública la vulnerabilidad a la que estaban expuestos, en su mayoría personas de la tercera edad.
La vocera señaló que tras hacer pública la denuncia a través de diario El Tipógrafo, se concretó una reunión con el seremi de Vivienda, Hernán Rodríguez, quien luego de conocer todos los antecedentes relacionados a su problemática, entregó una respuesta positiva a la solicitud de reparar los ascensores que hoy no funcionan.
“(El seremi) se comprometió a enfocarse completamente en esto del ascensor, lo que queda es una reunión para revisar el proyecto para postular a recursos, asegura Milyam Cofré.
La vecina asegura que tras los inconvenientes ocasionados por el terremoto de 2010, “empezamos a postular a proyectos que el Serviu presentó para ambas torres», ya que la número 2 también sufrió daños producto del 27/F. Recuerda que el 8 de noviembre del 2012 «presentamos toda la documentaciones que nos pidieron y esperamos”.
Sin embargo, y a pesar de que se llevaron a cabo durante años diversas reuniones con Giovanni Fariña, encargado de Proyectos del Serviu, la solución no llegó. Es a este funcionario a quien señalan como representante del servicio en las reuniones y receptor de la documentación que debían incluir para postular a recursos para la reparación de los ascensores, que incluía un presupuesto por 45 millones de pesos para el arreglo definitivo.
Para concluir, la representante de los vecinos señaló que la instancia fue valorada por todos los involucrados. Cabe recordar que el grupo incluso solicitó ayuda al municipio de Rancagua, cuya carta –timbrada como recepcionada por la alcaldía con fecha 10 de septiembre del 2014- tampoco fue respondida.
Sobre lo anterior, los vecinos indicaron que en aquella ocasión “nosotros no queríamos que nos ayudara en plata, sino con la gestión, que él (Eduardo Soto) como alcalde nos apoyara como parte de su comunidad”.
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