El presidente boliviano ha insistido en el último tiempo en mantener una agresiva estrategia comunicacional, a veces incluso descalificadora hacia Chile, en medio del litigio marítimo que mantiene en La Haya.
Una campaña comunicacional que busca posicionar su discurso de soberanía marítima, ganándose la simpatía de otras naciones, pero que poco podrá influir en la decisión que tomé la Corte Internacional de Justicia, ya que los argumentos chilenos tienen un fuerte respaldo histórico y jurídico, relacionados principalmente al respeto a los tratados vigentes.
Por ello, desde La Moneda se han limitado a contestar con marcada moderación, haciendo siempre un llamado al diálogo y a mantener las buenas relaciones bilaterales, lo que ha distinguido a Chile en su política internacional desde la vuelta a la democracia.
Pero tras los acontecimientos del fin de semana, con la detención de dos efectivos militares y siete funcionarios de la Aduana boliviana, la tensión entre ambos países aumentó y la reacción del gobierno boliviano no demoró en conocerse, encabezada una vez más por su presidente y utilizando la informalidad de las redes sociales para ello.
La actitud de Morales es vista por algunos como un intento de sacar ventajas políticas de un incidente, en medio de la semana donde se entregó la réplica boliviana en La Haya. Una situación que se ha venido repitiendo en el último tiempo, de cara a la próxima elección presidencial.
Pero los dichos de esta semana del mandatario boliviano respecto a cuestionar la detención de sus compatriotas en territorio chileno, cobran una complejidad mayor porque su opinión se refiere a hechos que ocurrieron bajo la soberanía y el amparo de la ley chilena.
Y en Chile es la justicia la que debe dictaminar lo que realmente ocurrió en este incidente, sin presiones y sin la necesidad de discursos que solo tienden a generar mayor tensión en el ambiente.
En ese sentido, no solo Morales, sino que todos los mandatarios deben actuar con la cautela necesaria –evitando inmiscuirse en situaciones que ocurran en cada nación- que permita mantener –a pesar de las diferencias naturales que se puedan dar- una estable relación entre las naciones.
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