[EDITORIAL] Elección de gobernadores: Democratizar no es descentralizar

En noviembre, los chilenos decidirán quién estará al frente de La Moneda hasta el 2022, quiénes serán sus representantes en el Congreso (diputados y senadores en regiones impares) y quiénes integrarán los consejos regionales. Hasta ahí todo claro, pero aún queda un tema por resolver: ¿Habrá este año -y por primera vez- elección de gobernadores regionales (lo que ahora se conoce como intendentes)?

La sensación en el mundo político es que finalmente la elección de gobernadores regionales no se llevará a cabo en noviembre, y la opinión es transversal, porque para ello es clave que se avance en dos proyectos de ley: el que define facultades y competencias de la nueva autoridad; y el que establece inhabilidades y  mecanismos de elección.

Es que el avance que se logró el año pasado, aprobando en el Parlamento la creación de esta nueva figura política –que será elegida en las urnas al mismo tiempo que los consejeros regionales- se ha visto estancada por el retraso en la tramitación de las otras dos iniciativas.

Contar con mayor autonomía en las decisiones y en el uso de recursos ha sido un viejo anhelo de las regiones. El sofocante centralismo que opera en Chile ha sido, sin duda, una piedra en el camino para un mejor desarrollo de las regiones, ya que muchas decisiones que se toman en Santiago no generan el impacto necesario en otras zonas, porque estas cuentan con necesidades y características que muchas veces no son tomadas en cuenta a la hora de aplicar una política pública desde nivel central.

En este escenario, es un paso adelante la creación de esta nueva figura política, pero el avance sustancial en materia de descentralización tiene que ver con que este nuevo gobernador regional cuente con atribuciones y funciones pertinentes, para evitar que se transforme en solo una figura decorativa y sea el verdadero articulador del desarrollo regional.

Hasta el día de hoy la voluntad política solo ha alcanzado para conseguir avances en la democratización de las regiones, pero poco se ha hecho para generar mayores condiciones que permitan una real descentralización.