La planta del Aloe tiene una historia milenaria que se remonta a la época de los egipcios. Viene de la familia de las liliáceas, conocida comúnmente como sábila, de la que se usa el gel derivado de sus hojas carnosas. Este gel puede procesarse de tal manera que permite obtener distintos tipos de ingredientes y algunos de ellos se utilizan en productos cosméticos, mientras que otros en la elaboración de bebidas refrescantes o polvos para su consumo como suplemento nutricional.
El Aloe Vera utilizado en la piel es conocido por sus propiedades suavizantes y humectantes. Es muy efectivo como hidratante, minimizando la sequedad y ayudando a suavizar y humectar la piel.
Según la dermatóloga Patricia Cerda esta planta está en boga en el mundo de la dermocosmética, pues posee propiedades regeneradoras de la piel y es un gran antinflamatorio que se utiliza para las quemaduras, atenuar cicatrices y desinflamar heridas.
En la salud digestiva, otras cualidades de la sábila se obtienen cuando su gel es ingerido en forma de bebidas, cápsulas o suplementos, debido a que funciona como un tónico para el sistema digestivo. Ayuda a reducir la producción de ácido gástrico; puede aumentar la disponibilidad de ciertos nutrientes y promueve la salud intestinal. Estudios recientes indicarían también que podría ayudar a suavizar los efectos del reflujo, como ardor y regurgitación.
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