La comunidad de fieles católicos congregada en el grupo de oración “Jesús de la Misericordia” fue protagonista del trabajo voluntario que realizó un grupo de 30 jóvenes pertenecientes a “Capilla País”, iniciativa de la pastoral de la Pontificia Universidad Católica de Chile que tiene como objetivo crear 50 recintos en las periferias de ciudades a lo largo de Chile, durante los veranos de 2015, 2016 y 2017.
En villa Lourdes de Rancagua, específicamente en la calle Benito Rebolledo, los estudiantes de la Pontificia Universidad Católica de Chile en solo diez días construyeron de forma gratuita una capilla para este sector. Solo solicitaron alimentación y ¿cómo no? el apoyo de la comunidad que fue parte también de la consolidación de este anhelado proyecto.
“La idea del proyecto es llevar el mensaje de Cristo y llevar un lugar de encuentro a toda la comunidad a lugares de lo largo de Chile, porque sentimos que la ciudad creció, pero muchas veces ha crecido materialmente y la espiritualidad ha quedado atrás”, señaló uno de los representantes de Capilla País, Joaquín Carrasco, estudiante de Arquitectura.
El centro de oración fue entregado a la comunidad durante la jornada del jueves, actividad donde participó el arzobispo Alejandro Goic, de la diócesis de Rancagua y el párroco de la nueva parroquia, el padre Jorge Flores.
Según explicó el párroco, la comunidad del sector fue parte de un proceso de postulación del cual salieron airosos. El único requisito que debían cumplir era contar con un radier, el cual, indicó, fue concretado con aporte de los mismos fieles. Este tuvo un costo cercano a los $3 millones, sin embargo enfatizó en que aún hay una deuda pendiente con personas que ayudaron a reunir el monto, el cual esperan cubrir prontamente.
Otro punto destacado por el padre fue que el terreno donde se emplaza la iniciativa fue un aporte del Concejo Municipal de Rancagua, pues este lo entregó en comodato por diez años renovables.
El religioso agregó que “esta capilla es el fruto de la oración de una comunidad que viene reuniéndose hace alrededor de cinco años, con una misa mensual, con un grupo de oración que se reúne todos los lunes, miércoles y viernes, que ha preparado a jóvenes para celebrar su confirmación, a parejas para su matrimonio”.
El párroco sostuvo que esto es solo el inicio de una gran obra, pues quedará pendiente seguir trabajando en el interior del recinto: pisos, baños, salas, y también forrar la capilla. Por lo anterior espera, al igual como ha sido siempre, contar con la colaboración de la comunidad.
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