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Columnas de Opinión

Infantilización contra la población

VIERNES, 13 DE ENERO DE 2017
Publicado por

Columna de Opinión



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Uno de los mecanismos de manipulación (o si lo prefiere, de control) social es el de despertar emociones, o referirse a hechos presentados como aislados e inconexos. El mundo es simple, no hay complejidades en la vida real, y usted debe ser explotado en cualquier cosa que le haga vivir la pena, rabia, frustración, miedo o deseo. No hay tal cosa como comunicación de elementos que permitan hacer inferencias de segundo orden. Mentalmente, la audiencia televisiva nunca cumplió once años de edad.

Es decir, la capacidad de analizar o de integrar elementos en sistemas de causalidad o de contexto están, en la práctica, censurados. Los contenidos de la TV y de otros medios, son la pistola humeante de la falsedad que se nos comunica como el sustento del sistema. ¿Por qué se concibe que el sistema económico se basa en la toma de decisiones racionales e informadas si se nos oculta información y se nos trata como a niños pequeños?

No hay tal cosa como actores económicos permanentemente racionales, hace ya casi veinte años en los Nóbel de Economía. De hecho, en salud mental se sospechan patologías si la gente es permanentemente racional, maximizando su ganancia y reduciendo su pérdida en quienes les rodean. John Nash explicó que su teoría de Juegos No Cooperativos derivaba de su esquizofrenia paranoide, y que no tiene correlato con la realidad. Sin embargo, en todas las escuelas de negocios se enseñan este contenido que enseña a perjudicar antes de (por pura paranoia) ser perjudicado.

Otra cosa que se sabe, es que las personas, cuando son tratados como niños pequeños, tienden a ser más sugestionables y manipulables. No se trata de “facilitar la comunicación”, al limitar su potencial, si no que restringir las capacidades cognitivas de la población para no hacer análisis de su contexto, de la omisión de contenidos o de la cobertura en extenso de banalidades o el empleo de las tragedias de la gente pobre para levantar emociones.

Esta infantilización de la población está estudiada desde hace casi cien años por la milicia americana, sus contratistas de defensa y científicos sociales. Un tercio del presupuesto en salud pública va a pagar sobreprecio en centros privados; con dinero de sobra para gratuidad el sobreprecio diluye el esfuerzo, para llegar a que se defienda eso, es que se despiertan las emociones y se nos habla como niños pequeños.

Socialmente hemos sido niños pequeños que comemos el plato de desinformación que se nos sirve sin quejarnos, porque en química cerebral, es más agradable que la información o conocimiento sustancial. De hecho, ni estudiando hay adultos que lo entienden. Así nos va.

Francisco Javier Larraín Sánchez
Docente e Investigador


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