El resultado es implacable: la más alta abstención observada – casi el 75% del padrón habilitado -nunca en Rancagua y en ese páramo el triunfo abismante de Eduardo Soto – obtuvo 3 de 4 votos – sobre su contendor, el opaco Alex Anich de la Nueva Mayoría.
Fui a votar a mediodía. En una hora pic, no era mucha la gente que circulaba por los recintos de votación. La mayoría bordeábamos los cuarentaydiez (según Joaquín Sabina) o derechamente los 60’. Escaseaban los jóvenes y era un lujo encontrar a alguno votando.
Al llegar al ex liceo B-3 me encontré con no pocos aspirantes de oposición a un sillón en el Concejo. El tema de conversación eran las palabras ofrecidas en una emisora local por el diputado PS Juan Luis Castro, donde explícitamente apoyaba al candidato UDI Eduardo Soto en desmedro del aspirante municipal del senador Juan Pablo Letelier, Alex Anich.
Entre las palabras vociferantes y de molestia de los DC, PPD, PC y PS allí presentes, les recordé que la mayoría de ellos respaldó al ex presidente del colegio médico en 2009 como en 2013.
Les resoné también que el propio Letelier, fue clave en 2009 para que Castro fuese candidato a diputado a pesar de la crisis que se abriría en el PS, por no respaldar a un candidato local.
Letelier puso entonces a todo su equipo (que de razones no entienden, solo de órdenes), y Castro con un derroche espectacular de recursos, se impuso cómodamente con el apoyo del aparato gubernamental y los laboratorios y también con el voto favorable de Isabel Allende.
Sabemos luego que ambos se distanciaron. Castro salió más listo de lo que Letelier sospechaba y se le autonomizó al punto de conseguir que Juan Godoy fuese intendente contra su voluntad. Y entonces, durante la administración Bachelet, empezó su guerra de pandillas cuyo último capítulo fueron las declaraciones de Castro en apoyo a Soto en una emisora local.
El apoyo de Letelier al gobierno de Piñera a cambio de mantener su influencia en vivienda y que significó que parte de su equipo trabajase con Soto y que cuando Piñera perdió la elección parte de ellos emigraran al Serviu con Bachelet, son otra arista de la tragedia de la oposición.
Porque más allá de las aprehensiones y prejuicios de cada cual, lo cierto es que hasta estas alturas resulta inexplicable que un alcalde UDI se mantenga por tercer periodo consecutivo en una ciudad cuyas primeras mayorías consecutivas son Letelier y Castro: dos socialistas.
Claro, a menos que ambos desde su particular singularidad, hubiesen hecho todo lo que esta su alcance – nombrar intendentes de bajo perfil, negociar con el alcalde Udi, priorizar sus guerras de pandilla por sobre el interés colectivo, etc. – para que Soto mantuviese la alcaldía.
Ello explica, a nivel local, la crisis general de nuestra democracia que no tiene que ver con la apatía de los electores sino con el uso y abuso que hacen los “dueños” del sistema político.
Edison Ortiz
Comentarios
Noticias recientes
Más Leídas