PUBLICIDAD
Editorial

Universidad: Cómo las alumnas doblaron la mano de las autoridades

MARTES, 23 DE AGOSTO DE 2016


PUBLICIDAD

 

Hace una semana, con reuniones de por medio y con gestiones encabezadas por el propio alcalde de Rancagua, Eduardo Soto, todo parecía indicar que el Liceo de Niñas sería la sede que albergaría a los primeros alumnos de la Universidad de O’Higgins. El rector había realizado una solicitud formal al municipio y el edil se mostraba públicamente a favor de esta decisión, apegado a su irrestricto apoyo a que la casa de estudios estatal inicie en la capital de O’Higgins sí o sí en marzo de 2017.

Una situación que no cayó bien entre estudiantes y apoderados del tradicional liceo, donde las alumnas encabezaron las manifestaciones solo horas después de que diario El Tipógrafo publicara la reunión –de carácter privado- entre autoridades y representantes del Liceo de Niñas, que daba inicio a las conversaciones formales para convertir al establecimiento en sede universitaria.

Pero bastaron dos manifestaciones en plena Plaza Los Héroes, a las que se unieron apoderados y profesores; además de una molestia generalizada en redes sociales, para que la propia ministra de Educación, Adriana Delpiano, dijera en la sesión especial de la Cámara de Diputados que se descartaba desalojar a las alumnas de cualquier establecimiento público.

Al parecer desde el Mineduc entendieron que ocupar el Liceo de Niñas podría solucionar, en parte, los atrasos y evidentes problemas en la implementación de la casa de estudios, pero por el contrario sumarían un nuevo conflicto con la comunidad. Lectura que claramente no había sido advertida por el resto de los protagonistas de esta discusión. Finalmente las alumnas y apoderados les doblaron la mano a las autoridades y además, les hizo ver que la toma de decisiones para solucionar un problema no puede ni debe perjudicar a un tercero.

Hoy, las autoridades académicas de la U. de O’Higgins corren contra el tiempo, pero no por culpa de las alumnas del Liceo de Niñas que rechazaron ceder el edificio, sino que por una gestión que no se llevó a cabo con la eficiencia que un proyecto de estas características obligaba.

Es necesario entonces sincerar los objetivos, las expectativas y quizás también los plazos, porque los fantasmas de fracasos anteriores aún rondan en la región, y un proyecto como la U. de O’Higgins necesita certezas y hoy solo ha creado incertidumbres.


PUBLICIDAD
Comentarios

Cargando...
PUBLICIDAD
Loading...