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Columnas de Opinión

Para saber y contar CXXXII

MIÉRCOLES, 24 DE AGOSTO DE 2016
Publicado por

Equipo de Corresponsales



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Las últimas encuestas y sucesos políticos nos muestran un inquietante escenario.

La Presidenta de la República reporta un apoyo del 15% de la población, el más bajo desde que se hacen estas mediciones, unido a un 66% de rechazo a su figura, y la coalición que la acompaña en sus labores registra un 8%. La coalición opositora, a su vez, alcanza un 10% de aprobación, es decir, no se beneficia para nada con la baja presidencial y del gobierno.

A lo anterior, se une que las reformas que se pretende llevar a cabo reciben un rechazo mayoritario, mientras que las principales preocupaciones del pueblo son la delincuencia, la salud, las pensiones, temas en los cuales poco o nada se hace.

El quehacer oficialista, centrado en reformas constitucionales que nadie entiende, de las cuales solo un 5% dice tener interés, en reformas laborales inadecuadas, en una confusa reforma tributaria que ha debido ser modificada, en una reforma educacional que critican moros y cristianos, no está sintonizado con lo que el pueblo quiere y reclama. El discurso reformista cae en el vacío, no contiene el sentir popular.

Los pasajeros del tren quieren ir a Arica, pero la maquinista porfía con llevarlo a Puerto Montt, y hace oídos sordos del reclamo y del griterío que le pide otra cosa.

Y lo que es más lamentable, los maquinistas de reemplazo tampoco merecen confianza, pocos los quiere en la locomotora, pero porfían por subirse, y continuar a Puerto Montt, a como dé lugar.

En un escenario como el que se nos presenta, la más elemental decisión del gobierno debería ser enfrentar los problemas que el pueblo le pide solucionar, atacar de una buena vez la delincuencia, cumpliendo con la Constitución, dejar en su lugar el esquema  jurídico superior que nos rige y que nos trajo durante largos años buenos frutos, orientar su talento a sacudir la crisis económica que nos agobia, cesar de insistir en reformas que solo quiere una minoría ideologizada, y no la mayoría pragmática del país.

Amigas y amigos, hasta un ciego ve y entiende lo que el país quiere. Gobernar hoy es fácil, frente a signos tan claros. Pero, la locomotora sigue avanzando hacia Puerto Montt, impetuosamente. Y soy generoso diciendo que avanza, porque don Jorge Burgos, ex Ministro del Interior, dijo que había descarrilado y que había que poner al tren nuevamente en la línea. ¿Nadie lo oye?

Sigo esperando al mesías, que traiga el tren de vuelta.

 

 

Mario Barrientos Ossa

Abogado

Magister en Derecho U. de Chile


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