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Columnas de Opinión

¡PAF! a las AFP

MIÉRCOLES, 24 DE AGOSTO DE 2016
Publicado por

Equipo de Corresponsales



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Las palabras nos hablan, nos dicen, expresan ideas, también sentimientos, afectos. ¿Qué seríamos sin ellas? Son un instrumento fundamental de comunicación social.

Algunas por su significado están emparentadas, son prima hermanas unas de otras. Se habla de familia de palabras. Los vocablos tienen raíces, origen, también historia. En las palabras están los orígenes de la humanidad. Por ahí existe una frase que nos dice  que ‘en el principio fue el verbo’, como para creer en ella.

También las palabras se gastan, otras mueren, desaparecen, las mata el olvido…, el mal uso, el desuso y el abuso. Hay registro mundial de la extinción de diversas lenguas.

Existen muy serios estudios sobre el y los idiomas. La investigación científica ha permitido saber, conocer y desentrañar hasta los misterios de las lenguas, también del porqué de nuestra facultad neurofisiológica de hablar.

Nuestro vocabulario activo, diario, coloquial posee, en algunas circunstancias cierta riqueza semántica, es polisémico, en otros casos es todo lo contrario. En particular existen los chilenismos.

Las recientes manifestaciones de masas sucedidas en nuestro país, como expresión de alegato, protesta y justas demandas ciudadanas por derechos por años conculcados, a saber, educación, salud y previsión entre otros, han sido también espacio para la creación lingüística de los ciudadanos que exigen, rechazan y condenan determinadas situaciones que han ido creando un estado nacional de indignación por las injusticias conocidas.

Decir «¡PAF! a las AFP » no es un juego caprichoso del lenguaje. Son las mismas vocales y consonantes en el monosílabo y en la funesta sigla de las Administradoras de Fondos de Pensiones. La primera expresión es una onomatopeya que indica el fuerte ruido, el estruendo que hace algo al caer o desplomarse, y que suele usarse en lenguaje coloquial.

Todo indica que el destino de las AFP será su desplome. Las masas de trabajadores esquilmados por ese engendro inventado hace 36 años no se resignarán al despojo de sus haberes. Por años sus cotizaciones han sido objeto del latrocinio de mafias inescrupulosas, verdaderos ‘carteles’ foráneos nunca saciados de la riqueza fácil a expensas del sacrificio de millones de chilenos.

 

Carlos Poblete Ávila

Profesor de Estado

Director Centro de Estudios

Conciencia Crítica


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