Ayer comenzó legalmente la campaña electoral, que trae varias novedades en relación a años anteriores. Entre estas, un período mayor de tiempo, ya que hasta las municipales de 2012 siempre había iniciado de manera oficial un mes antes de los comicios.
Un aspecto importante es que los comandos tendrán que llevar un registro de sus brigadistas e inscribirlos como tales ante el Servel con su nombre, rut y domicilio. Esto, porque ante cualquier acto doloso o delito que cometan, los candidatos están obligados a denunciarlos, y son responsables subsidiariamente de cualquier perjuicio que puedan causar.
Al margen de los aspectos legales, una campaña electoral trae un sinnúmero de desafíos para los candidatos y que van más allá de mantener el sillón alcaldicio o llegar por primera vez a encabezar un gobierno comunal.
Hay desafíos transversales. Uno de estos tiene que ver con recuperar las confianzas de una ciudadanía cada vez más distante del poder político.
Los resultados de la ultima encuesta CEP fueron especialmente duros en esta materia: El 30% de los encuestados cree que “bastantes” actores políticos están implicados en actos de corrupción, mientras que un 50% piensa que “casi todos”. Lo preocupante de este resultado es que –pudiendo no ser cierto este hecho- la percepción que la ciudadanía tiene sobre esta materia es la que no se debe pasar por alto.
Es más, el 33% de los encuestados estima que el “control de la corrupción” debe ser uno de los temas prioritarios a tratar por el alcalde, ocupando el cuarto lugar de la lista después de funcionamiento de consultorios, combate contra la delincuencia y la educación.
Y en este escenario, los candidatos a las elecciones de octubre juegan un papel fundamental para recuperar las confianzas perdidas, especialmente porque en el mundo político se entiende que concejales o alcaldes son percibidos por la ciudadanía como figuras públicas más cercanas, incluso la votación hacia uno u otro candidato muchas veces no se condice con su militancia.
De esta forma, más allá de las encuestas, seguirá siendo la concurrencia a las urnas el próximo 23 de octubre la verdadera vara con que se podrá medir si los actores políticos lograron esa tan ansiada sintonía con el electorado.
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