Carta al Director:

Señor Director:

Qué duda cabe: la última encuesta CEP fue un misil a los partidos y a la política. No es posible otra conclusión cuándo las dos coaliciones principales obtienen menos de 11% de apoyo ciudadano, alcanzando sus peores niveles históricos. O cuando la Presidenta Bachelet obtiene una pésima nota, la cual viene a coronar el inédito nivel de rechazo a su Gobierno. O cuando seis de cada diez chilenos declaran no tener claridad por quién votar en las próxima elecciones. Muchos de ellos probablemente no asistirán a los locales de votación.

Sin embargo, en todo ese negro panorama hay dos luces que poco se han resaltado los últimos días.

La primera, tiene que ver con que la mayoría de los chilenos quiere que el futuro Gobierno se sitúe en el centro político. Eso, sumado al alto rechazo a las reformas de Michelle Bachelet, denotan un descontento con el clima de confrontación que se ha instalado los últimos meses, el cual ha debilitado la capacidad de crear políticas de Estado con apoyo transversal y con buen sustento técnico. Así, esa mayoría moderada está invitando a los dirigentes políticos a volver a sentarse a conversar, a ponerse de acuerdo y a buscar con unidad y proyección las soluciones a los problemas que subsisten en Chile. En ese sentido, no debiese llamarnos la atención el cambio de tono del Gobierno en el contexto del tema previsional, donde a diferencia de las anteriores reformas, cambió la retroexcavadora implacable por el dialogo constructivo.

Y la segunda luz tiene que ver con el apoyo favorable que obtienen los gobiernos municipales. El 52% de los encuestados se declara satisfecho con la gestión de su Alcalde, lo que es mucho decir en tiempos de crítica política. Esto nos debe invitar a exigir que los partidos y las estructuras gubernamentales entiendan que una de las claves del futuro tiene que ver con descentralizar el poder tanto a nivel regional como comunitario. Las personas ya no resisten que las decisiones vengan mandatadas inconsultamente desde la capital o desde cúpulas anónimas. Así, es preciso apreciar el dialogo comunitario y el empoderamiento a las organizaciones comunales, sociales y culturales. Y urge aumentar las facultades de los Municipios en temas tan sensibles como salud, combate a la delincuencia y educación, cosa que sean ellos, en íntima conexión con la comunidad, los que resuelvan las problemas cotidianos.

La encuesta CEP envuelve dos llamados urgentes para una política de desarrollo auténticamente humano. El primero es un llamado al dialogo, a la búsqueda de nuevos consensos y a la moderación política. Es urgente abandonar el tono refundacional que propugnan en especial los miembros de la “bancada estudiantil”, pues esa manera de proceder –además de soberbia- es ajena a la manera en como las democracias modernas han resuelto sus problemas. Los países no mejoran a los combos, sino sentándose a trabajar en conjunto. Y el segundo llamado es a la descentralización, confiando más en los gobiernos locales y en las comunidades de base, pues son ellas las que mejor conocen los problemas y – por ende – mejor respuesta pueden dar al momento de encontrar soluciones. Ojalá no nos quedemos en la lectura fácil y pesimista de la encuesta, de manera que elevemos el nivel de la política de acuerdo a a las coordenadas correctas.

Diego Schalper

Presidente ONG Me Comprometo