Luego de sufrir varias modificaciones, la anteriormente conocida como “Ley Súper 8” entró en vigencia el pasado 27 de junio como Ley de Alimentos, convirtiéndose en una variante mucho más estricta del proyecto planteado en un inicio. Recordemos que esta Ley lleva muchos años tramitándose, siempre ha tenido un sesgo favorable hacia la industria alimentaria, y esta es la primera vez en la que podemos evidenciar un compromiso real con la salud nutricional de los chilenos.
Las bases de esta ley son bastante claras: el preocupante aumento en el índice de obesidad en el mundo como en la región, cifra preocupante sobre todo durante la infancia. De acuerdo a las cifras de la OMS y el Ministerio de Salud, cada una hora muere una persona por padecer obesidad, y en el caso de Chile, el 25% de los niños de primero básico ya son obesos. De esta forma, el “disco pare” en los alimentos procesados busca frenar esta tendencia con el objetivo de mejorar la salud y la nutrición en las nuevas generaciones.
En el caso de la comuna de Pichilemu, actualmente estamos por sobre la meta (10,4%), con un 12% de obesidad en niños menores de seis años, cifra concentrada mayormente en la zona urbana. A pesar de las estrategias que hemos implementado como Hospital de Pichilemu, este número ha sido difícil de revertir ante el constante crecimiento demográfico de la ciudad, por ende, confiamos en que esta nueva Ley de Alimentos pueda aportar a reducir este índice.
En general, esta nueva ley cubre diversos ejes: Uno, es que exista esta advertencia revelando el exceso de energía, azúcares, grasas saturadas y sodio, que son justamente los nutrientes críticos que aumentan las posibilidades de obesidad; la prohibición de publicidad y venta de productos con exceso de estos nutrientes en establecimientos educacionales, esto significa que los quioscos dejarán de ser rentables o simplemente deberán cambiar su rubro hacia la alimentación saludable; otro, es el hecho es la imposibilidad de publicitar productos con sellos o “disco pare” en radio y televisión entre las 06:00 am y las 22:00 horas.
El objetivo es que la gente prefiera los alimentos más saludables, es decir aquellos que tengan menos sellos. En este sentido, los alimentos frescos son los únicos que no tienen o los productos comercializados a granel, por ejemplo.
Sin duda a quienes más beneficiará esta ley será a los menores de 14 años, que estarán más protegidos de estos alimentos con niveles críticos de nutrientes tanto en el colegio como a través de los medios de comunicación. En esta misma línea, la nueva ley de etiquetado saca del mercado a los productos con ganchos comerciales, como es el caso de la Cajita Feliz de McDonald’s, el Chiquitín Sorpresa y también del Kinder Sorpresa. Medidas que hace algunos años sería impensadas y que hoy toman forma a causa del preocupante índice de obesidad infantil.
Claudia Medina, nutricionista Hospital de Pichilemu.
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