A través de un comunicado de prensa, el Obispado de Rancagua manifestó que ha tomado conocimiento “de una acusación por abuso sexual interpuesta en la Fiscalía de Rancagua, en contra de dos personas consagradas, que colaboran pastoralmente en una parroquia del decanato Santa Cruz de Triana.
Además, asegura que “hasta el presente no ha habido ninguna acusación ante el Obispado de Rancagua; por lo tanto, se desconocen los detalles de la mencionada denuncia” y agrega que “al parecer los hechos referidos habrían ocurrido entre los años 2002 y 2003”.
Frente a esta situación el Obispado de Rancagua manifiesta “la disposición clara y transparente de la Iglesia Diocesana en colaborar para el esclarecimiento de los hechos. Como dice el Señor Jesús “la verdad nos hace libres”.
Además, manifiesta “solidaridad total con las posibles víctimas, confiando en que la verdad se manifieste para bien de todos; y nuestra disposición a acogerlas y escucharlas” y agrega que “la Iglesia de Rancagua reafirma su compromiso con la prevención y su trabajo constante por erradicar todo tipo de abusos, y, aunque estos hechos provocan dolor, no lograrán aminorar su empeño por lograr esta meta”.
Junto con ello pide “a la comunidad diocesana su oración ferviente para que Dios nos ilumine a todos y nos fortalezca en la búsqueda de la verdad y la justicia”.