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Las razones de las organizaciones sociales para exigir farmacia popular en Rancagua

MIÉRCOLES, 29 DE JUNIO DE 2016
Publicado por

Equipo de Corresponsales


Diversas agrupaciones de la comuna solicitaron al edil, Eduardo Soto, discutir la iniciativa en un concejo municipal.


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La semana pasada diversas organizaciones sociales de Rancagua solicitaron al alcalde de la capital de O’Higgins, Eduardo Soto, la realización de una audiencia pública con el concejo municipal, con el fin de exigir la creación de una farmacia popular en la ciudad.

Según las agrupaciones, la petición no es antojadiza y responde a la necesidad de un gran número de habitantes de contar con una institución de estas características que entregue medicamentos a un bajo precio.

Además, las asociaciones coinciden en un punto, y es que los grandes beneficiados de concretarse la iniciativa serían los adultos mayores, quienes en la actualidad son la población más vulnerable de la comuna y también del país.

Lo anterior debido a las bajas pensiones que reciben en promedio, como consigna el presidente de la Anef y líder de la petición, Juan Rozas.

El dirigente sostuvo que la solicitud de crear una farmacia popular en Rancagua responde, por ejemplo, a que en su sector “los trabajadores se jubilan con un tercio de sus sueldos en actividad y eso significa que las pensiones están promediando del orden de $150 mil”.

Rozas enfatizó en que el dinero es insuficiente para costear la cantidad de medicamentos que hay que adquirir a medida que pasan los años y sobre todo en las farmacias tradicionales donde, como lo han demostrado distintos estudios, incluso triplican el valor de lo ofrecido en una institución popular.

La postura de Juan Rozas es apoyada por los representantes de los trabajadores de áreas verdes de Rancagua, quienes explican que la mayoría de las personas que prestan servicio son de la tercera edad, y además padecen de enfermedades crónicas.

Según señaló el presidente del sindicato del sector, Carlos Vital, la iniciativa compensaría el bolsillo de sus afiliados quienes dejarían de “andar comprando remedios sumamente caros” y destinarían esos recursos para otros gastos igual de importantes.

Cecilia Orellana, presidenta del Sindicato de Manipuladoras de Alimentos (Sinatec) de la Sexta Región, también formó parte de las agrupaciones que exigieron al municipio la creación de una farmacia popular en Rancagua, debido a que en su sector “tenemos un gran número de empleadas con problemas de salud, derivados por el mismo trabajo que realizan” y deben recurrir a la compra de medicamentos excesivamente caros para ellas.

La representante de 600 trabajadoras en Rancagua señaló que la idea es que la iniciativa se concrete lo antes posible y que cumpla con la intención de disminuir los valores de los remedios.

Finalmente, Hernán Garay, líder de la Unión Comunal del Adulto Mayor, sostuvo que la farmacia popular es una ayuda que debe estar lista “para ayer  y no para mañana”.


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