La generación dorada está cambiando la historia del fútbol chileno. Una aseveración que no tiene contraparte. La selección chilena de Vidal, Bravo, Sánchez, Medel y compañía consiguió la segunda Copa América para el país, logro jamás alcanzado que, a la vez, le dio la espalda a los malos resultados que persiguieron por 100 años al balompié criollo.
Pero la victoria del domingo de Chile frente a Argentina va más allá de un triunfo deportivo o de levantar una copa, tiene que ver con un cambio de mentalidad y generacional, de aquellos que nacieron en los 90 o cuando terminaba la dictadura. Que crecieron en una época donde pudieron dejar atrás el prejuicio de sus padres o abuelos de sentirse sin derecho a opinar, o con el miedo a pensar distinto. Dos características que afectaban esa libertad de sentirnos ganadores.
Hoy vemos a las nuevas generaciones más empoderadas, exigentes. Una realidad que viene de la mano con el poder de las nuevas tecnologías y el acceso a estas, que abre nuevas puertas para a conocer realidades más allá de las fronteras (límites) naturales o físicas, siendo activos partícipes de las bondades de la globalización.
Si sus padres nacieron con la información que proporcionaban dos canales de televisión y un espectro menor de radios; hoy son sus hijos quienes son bombardeados con toneladas de información, a través de distintos canales y medios, lo que ha permitido ir democratizando las opiniones –que ya no son propiedad de unos pocos- que ha redundado en una mayor tolerancia y en aceptar la diversidad en distintos ámbitos.
Para los jóvenes ya no hay temas tabúes, incluso no hay miedo a salir a manifestarse a las calles por sus convicciones, logrando poner temas en la agenda pública y política; y luchar por mejoras y cambios.
Son las nuevas generaciones, esas que -aseguran- vienen con otra mentalidad.
Y así como en el mundo del deporte nos dicen que debemos acostumbrarnos a los triunfos porque “la mentalidad cambió”, comos sociedad debemos también estar a la altura de las nuevas demandas y exigencias de los miles de adolescentes y jóvenes que hoy se atreven a plantear sus temas y cuestionar el status quo de la sociedad chilena.
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