A los actuales políticos que ocupan diferentes cargos – algunos por elección mediante sufragio y otros por designación – les han llovido…críticas y maldiciones, con muy escasas excepciones.
En la sociedad chilena hay decepción por el cometido de los citados personajes. No corresponde condenar a la política por lo que hacen quienes se han arrimado a ella. La política en tanto ciencia y arte del buen gobierno o administración a todo nivel, ninguna culpa tiene por la acción de aquellos que la mancillan.
Los datos…que desde hace algún tiempo se vienen conociendo respecto a las deleznables conductas de los políticos chilenos, corrupción, ineptitud entre otras, han generado el creciente rechazo de la comunidad hacia ellos, son objeto de chistosos que los dejan en ridículo, y también del irrespeto. Pero se lo han ganado…
Insisten en llamarse a sí mismos «clase política», es como decir que son de otra galaxia – debe ser por sus ingentes salarios -, con esa autodenominación terminan por sepultarse ante la comunidad.
Diversos cometidos que reflejan su incompetencia y otros reñidos con la ética los tienen en el suelo. Preciso es señalar que el vocablo ‘pichanga ‘ en este escrito está tomado de la lengua quechua, cuyo significado es «que engaña o defrauda con su apariencia».
En Chile, en décadas pasadas, hubo mejores políticos. Oradores de gran nivel, cultores del buen lenguaje, hombres de gran cultura. Hoy, muchos de ellos producen pena, son seres abúlicos, monocordes que no entusiasman, carentes de todas aquellas otras cualidades. Son advenedizos, cuando más no pasan de ser maniobreros de baja monta y algunos hasta vulgares. Es una fatal realidad. Entonces, mientras tanto, de ‘honorables ‘ nada, y de ‘ilustres’ tampoco.
Estar a la cabeza de instituciones del Estado, o ser parte de equipos directores porque los han designados para esas funciones, o porque han sido elegidos, es una responsabilidad en primer lugar de carácter ético. No se ha sabido que alguno haya dicho no poseer competencias para tales responsabilidades, de ese modo al tiempo hay que echarlos vía solicitud de renuncia. Pasa así con los gana panes. Los políticos olvidan aquello de ‘ pastelero a tus pasteles ‘.
Todo sujeto que pretenda postular en comicios debe estar libre de mácula o de sospecha. Ninguno debe permanecer más de un período en cargo de representación, sea vecinal, sindical, municipal, core, parlamentario o presidencial. También debe normarse por ley el tema de las ‘dietas’ o salarios y viáticos; de igual modo la revocabilidad de los mandatos. Estas serían mínimas medidas de profilaxis ética y social, y de pleno respeto por el servicio público.
Carlos Poblete Ávila
Profesor de Estado
Director Centro de Estudios
Conciencia Crítica
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