La medianoche de este sábado se dio inicio al horario de invierno que regirá durante los próximos tres meses, poniendo fin al horario único que rigió durante todo 2015. Esto supondrá que el amanecer sea más temprano y que la tarde oscurezca más pronto.
Al respecto, el neurólogo y académico de la Facultad de Ciencias Médicas de la Universidad de Santiago, Ignacio Gutiérrez, explicó que los cambios de horario alteran los llamados ciclos ‘circadianos’. Puntualmente, los periodos asociados al sueño y vigilia.
El especialista sostiene que “se podría decir que los cambios de hora son dañinos para la salud”, razón por la cual “considero que no es recomendable estar cambiando constantemente los horarios, porque puede alterar algunas funciones fisiológicas”.
“El ser humano está acostumbrado a mantener ciclos de sueño y vigilia constantes y parejos. Generar cambios puede producir algunas alteraciones, como somnolencia diurna o hipersomnia”, explicó Gutiérrez.
Asimismo el médico manifestó que la percepción de un menor periodo de luminosidad en el día también podría repercutir en el ánimo de las personas. “Desde el punto de vista neurológico, acortar los periodos de luz sí puede incidir en la actividad biológica. Hay trastornos anímicos que se pueden provocar con estos cambios”.
A raíz de esta situación el doctor Gutiérrez afirma que para anticiparse a posibles efectos por el cambio de hora, se deben adelantar todas las actividades rutinarias en función de la modificación horaria. Específicamente, organizar la alimentación, la actividad al aire libre y, en general, “alterar el resto de los ciclos para que no se generen mayores repercusiones”.
“Lo mejor sería que empecemos a adelantar todas las actividades. También, disminuir las horas de siesta. Además, podemos adaptarnos de manera artificial a los cambios de luz.
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