¿Qué se creen aquellos que nos critican sin fundamento? ¡Holgazanes, hijos de su puta madre, envidiosos, frustrados y eternos perdedores! La Región del Libertador O’Higgins está bien y goza de muy buena salud como pocas veces sucedió antes. Y esto se lo decimos en serio.
Para empezar nuestras autoridades públicas han sido designadas considerando los más altos estándares profesionales y luego de haber pasado un exhaustivo y estricto concurso público. Ello se facilitó porque la mayoría de nuestros gerentes públicos se formó en las mejores universidades del país y las consultoras no hicieron más que ratificar la presunción de nuestros mandos. Cabe señalar que, en su designación, no hubo el más mínimo atisbo de “pituto político” ni menos la influencia desmedida de algún parlamentario de gobierno. Por el contrario ellos, por el bien de Chile, incluso, voluntariamente se omitieron de expresar alguna opinión o ejercer alguna influencia, lo que habla bastante bien de nuestra elite política que la distancia del resto de América Latina sumergida siempre en la corrupción y el descrédito. Nosotros, por el contrario, nos sentimos orgullosos de nuestra probidad, ética y decencia.
Lo mismo sucede en Codelco, División El Teniente, donde jamás ha ingresado algún político ni menos un operador del desprestigiado Camilo Escalona. La mediocridad no es lo nuestro.
Prometimos en nuestro programa de gobierno, la creación de una universidad pública regional, tanto aquí como en Aysén lo que fue el resultado del interés expresado de nuestros parlamentarios pese a la oposición, a veces, del equipo programático y de Esteban Valenzuela.
Es por ello que, como en Aysén, apenas se creó la nueva institucionalidad, inmediatamente sometimos al más estricto control de calidad a las carreras que se ofrecerían, así como a la selección por concurso público de nuestros profesionales y la licitación pública de todos nuestros proyectos. Jamás se nos ocurriría contratar a la pareja de algún seremi que, a la vez, oficia de editora de un periódico local ni a su jefe. Nuestros estándares son los más altos.
O’Higgins tiene los más bajos índices de percepción del delito y somos un ejemplo a imitar por el resto del país. Jamás se nos equipararía con la capital del delito ni menos con la corrupción.
Por ello, molesta la crítica fácil de algún columnista que reprocha desde la comodidad de su sillón, sin ningún compromiso con los más pobres y sin entender la igualdad que está en juego.
Edison Ortiz
Comentarios
Noticias recientes
Más Leídas