El exitoso traslado de pacientes al nuevo Hospital Regional de Rancagua quedó en el olvido al poco tiempo de finalizado este proceso. No alcanzaron a pasar tres días desde el inicio de la puesta en marcha del moderno edificio de salud -ubicado en avenida Alameda con calle Salvador Allende- para que los dirigentes agrupados en Fenats iniciaran un paro de actividades que terminó agravando el ya complejo inicio de funcionamiento de este recinto.
La paralización de la Fenats fue un golpe duró a la administración del Hospital Regional de Rancagua, ya que era precisamente en esos días cuando la puesta en marcha exigía aunar todas las voluntades para lograr el éxito de un proceso que, por sí solo, ya es complejo. Con un paro de por medio, la situación tendía a convertirse en caos. Y así lo percibió la población.
Luego de seis días, el paro de la Fenats fue contenido por las autoridades sin ceder en la mayor demanda de los dirigentes: la salida de la directora Sonia Correa, aunque de inmediato debía hacer frente a una nueva paralización, de la asociación de enfermeros, quienes también exigían la renuncia de la profesional.
Y aunque también sorteó esta demanda, la directora del Hospital auguraba su pronta salida del cargo, el que concretó presentando su renuncia este lunes tras regresar de su licencia y feriado legal.
Al frente del moderno edificio de salud estará de forma subrogante Franco Ravera, mientras se cumplen los plazos y etapas que contempla la ley para nombrar un nuevo director.
Pero tras la salida Sonia Correa surgen nuevas interrogantes, por ejemplo, ¿si su renuncia permitirá la normalización de este complejo proceso de puesta en marcha? ¿Comenzará realmente una nueva etapa para este centro de salud? ¿es la señal que esperaban los dirigentes? ¿se dará mayor celeridad a la contratación de personal, a raíz de la brecha de recurso humano que acusan los dirigentes?
Los hechos que se susciten en las próximas semanas ayudarán a responder si la salida de Sonia Correa se debe a una decisión de carácter político o de gestión. Por ahora, la puesta en marcha busca normalizar un complejo inicio que –con todas los situaciones que ha debido enfrentar en este primer mes- ha terminado afectando la calidad de un servicio clave para la población.
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